A pocos días del referéndum sobre la independencia, varios dirigentes políticos británicos se comprometen a garantizar a Escocia, si sigue formando parte del Reino Unido, un nivel más elevado de gastos públicos y cederle el control de sus gastos en salud.
En un momento en que el margen entre los partidarios del SÍ y del NO es mínimo, el primer ministro escocés Alex Salmond, en favor de la independencia, hizo de la protección social y del futuro del sistema de salud, la piedra angular de su discurso por la secesión.
En el marco de un acuerdo firmado bajo los auspicios del ex primer ministro Gordon Brown, nacido en Escocia, los dirigentes de las tres grandes formaciones políticas tradicionales británicas, dicen querer mantener un nivel más elevado que en el resto del Reino Unidos de los gastos públicos para los escoceses.
“La gente quiere que las cosas cambien” se puede leer en el texto de este acuerdo que publica hoy el diario escocés Daily Record y que firman el primer ministro David Cameron (conservador), el jefe de los laboristas Ed Miliband y el jefe liberal-demócrata Nick Clegg.

“Un voto contra (la independencia) permitirá cambios más rápidos y mejores que la secesión”, agregan los tres signatarios del acuerdo.
Gordon Brown, que presentó ya un calendario de descentralización en favor de Escocia, juega un papel de primer plan para tratar de disuadir a los electores escoceses de votar en favor de la independencia.
David Cameron, que se encontrará en el banquillo de los acusados si los escoceses se separan del Reino Unido, advirtió durante su última visita en Escocia que no habrá regreso posible al girón del Reino Unido y que una secesión corre el riesgo de ser dolorosa.
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