El economista estadounidense Jeffrey Sachs
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El economista Jeffrey Sachs cuestiona las políticas medioambientales de Canadá

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El economista Jeffrey Sachs implementó en Bolivia en 1985 una serie de medidas económicas que luego fueron llamadas “Terapia de Choque” por los críticos del neoliberalismo como Naomi Klein. Tras su experiencia como asesor de las economías de India Rusia y una serie de países con graves problemas económicos, Sachs empieza a considerar que debe primar la seguridad medioambiental de la población por encima de los intereses de las grandes corporaciones.

Él fue uno de los más de 300.000 participantes que desfilaron por las calles de Nueva York en la Marcha por el Clima que se llevó a cabo el pasado 21 de septiembre, en vísperas de la Cumbre internacional sobre el cambio climático, evento organizado por Naciones Unidas en el que se dieron cita más de 120 líderes del mundo.

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Afiches en la Marcha por e Clima en Nueva York, 21 de septiembre. © Rufo Valencia

Ahora, el plantea que ha llegado de decir basta a la degradación medioambiental en el mundo y que todavía hay mucho por hacer.

“El año pasado se registró el nivel más alto de emisiones de gases causantes del efecto invernadero. Y estamos aquí porque somos más que la petrolera Exxon Mobil,” decía Sachs a los participantes en la marcha, entre los que se incluían sus estudiantes de la Universidad de Columbia.

Él planteó cuatro ideas para hacer frente al recalentamiento planetario. La primera es no aumentar la temperatura del planeta por encima de dos grados centígrados. La segunda es la descarbonización de las actividades humanas, es decir, dejar de usar combustible fósiles. Tercero, poner límites a lo que los países pueden emitir como gases contaminantes. Y la cuarta idea es empujar a los países a lograr un acuerdo sustancial en la próxima reunión internacional sobre el clima que se llevará a cabo en Paris en diciembre de 2015.

Uno de los temas que ha causado fricción entre el gobierno conservador canadiense y la administración de Obama es la aprobación del proyecto de oleoducto Keystone XL, proyecto de la empresa canadiense Enbridge que busca llevar el petróleo de las arenas bituminosas hasta las refinerías al sur de Estados Unidos, en el Golfo de Texas. Interrogado sobre cuál debería ser la respuesta del presidente Obama, él explico que Estados Unidos y Canadá tienen una responsabilidad medioambiental compartida.

En cuanto a la creación de una verdadera voluntad política que pueda poner un freno a la voracidad y el enorme poder de las grandes petroleras y sus ejércitos de cabildeantes, Sachs cree que el ejercicio democrático es una herramienta.

Ante el entusiasmo de los participantes en la marcha, Sachs, convertido en activista medioambiental, declara que no apoyará a ningún político que se niegue a poner en marcha medidas concretas para frenar el recalentamiento del planeta.

Categorías: Economía, Medioambiente y vida animal, Política
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