Según las últimas encuestas en Brasil, la actual presidenta, Dilma Roussef sigue liderando en las intenciones de votos para las elecciones del próximo domingo y muy probablemente las ganaría en una eventual segunda vuelta, mientras que sus principales rivales están prácticamente empatados en el segundo lugar.
La ecologista Marina Silva sigue perdiendo terreno y se encuentra a hora a solo tres puntos por encima del candidato centrista Aecio Neves. Un empate estadístico según la firma de sondeos Datafolha, porque se encuentra dentro del margen de error de la encuesta.
Dilma Roussef por su parte, ha avanzado dentro de los tres puntos porcentuales que le asegurarían una victoria absoluta en la primera vuelta con un 47% de los votos, una vez excluidos los votos en blanco y anulados, afirma Datafolha.
Por otra parte, si ningún candidato obtiene la mayoría en la primera vuelta, la elección se decidirá en una segunda vuelta entre las dos o los dos principales candidatos el 26 de octubre próximo.
El aumento de las posibilidades de que Dilma Roussef sea reelegida ha lastrado los mercados en Brasil, donde los inversionistas esperan un cambio de gobierno. Algunos culpan a las políticas intervencionistas de Roussef por el estancamiento de la economía más fuerte de América Latina.
Tanto la encuesta de Datafolha como la de la firma Ibope, Dilma Roussef ganaría una segunda vuelta contra Marina Silva con una diferencia de 7 puntos porcentuales. Roussef aumentó su ventaja sobre Silva en la primera ronda por 16 % en los resultados de ambas encuestas y ganaría las elecciones con un 40% de los votos contra 24% para Silva.
Aecio Neves, el favorito del mercado que ha estado atrapado en el tercer lugar desde la entrada tardía de Marina Silva en la contienda electoral, aumentó su apoyo popular de 1%, lo que lo sitúa en un 21% en las intenciones de votos y le ofrece la posibilidad de luchar contra Silva para pasar a la segunda vuelta.
Los sondeos son categóricos y afirman que Silva, una popular figura del anti-establecimiento, ha seguido perdiendo terreno desde que subió al máximo de su popularidad a finales del mes de agosto.
La lucha fue dura entre los candidatos en el último debate televisado
Marina Silva hizo su aparición en la contienda electoral cuando el candidato oficial del Partido Socialista Brasileño, PSB, Eduardo Campos falleció en un accidente de avión. Ella entró con una ventaja inicial de 10 puntos sobre Dilma Roussef. Pero fue perdiendo terreno después de duras críticas de Roussef durante su campaña en la que presentó sus políticas pro mercado como una amenaza para los pobres de Brasil y cuestionó su capacidad para gobernar al país sin una sólida coalición de partidos.
En el último debate televisado presentado el jueves por la noche, tanto Silva como Neves criticaron a Roussef de haber permitido la corrupción en la compañía estatal de petróleo Petróleo Brasilero S. A, que se encontró involucrada en un escándalo por supuestos sobornos y corrupción por parte de políticos.
Las alegaciones de rebaja de pena para un ex director de Petrobras encarcelado no han empañado la imagen de Roussef en su intento por obtener un segundo mandato en la medida que nunca se presentaron pruebas. Más no obstante, Silva criticó a Roussef por haber mentido sobre su relación con el ejecutivo encarcelado.
“La corrupción se barrió bajo la alfombra”, dijo Neves, acusando al Partido de los Trabajadores de Roussef de “entregar la mayor empresa estatal del país a una banda de ladrones”.
El sondeo de Datafolha encuestó a 12.022 personas en todo el país entre el primero y el 2 de octubre, mientras que el Ibope encuestó a 3.010 personas en todo el país entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre. Ambas encuestas tienen un margen de error de más o menos 2%.
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