Con 157 votos y 134 en contra, los diputados canadienses aprobaron este martes en la noche en Ottawa la participación de Canadá en la guerra contra el grupo armado Estado Islámico.
En principio, la misión canadiense contra la organización armada Ejército Islámico de Irak y el Levante (ESIL) se limitará a las operaciones aéreas. Aviones y personal canadiense se unirán a los ataques aéreos de la coalición en Irak contra el ESIL.
Argumentando en favor de la medida, mediante comunicado, el primer ministro Stephen Harper declaró que «No tomamos este paso a la ligera. La amenaza planteada por el ESIL es real… Si no se la controla, esta organización terrorista crecerá rápidamente. Ellos ya han expresado sus intenciones terroristas a nivel local e internacional y ya identificaron a Canadá como un objetivo potencial.»
De acuerdo con la moción aprobada en la Cámara de los Comunes, seis caza-bombarderos CF-18, dos aviones de vigilancia CP-140, un avión cisterna aérea y 600 militares canadienses se sumarán por un lapso de hasta seis meses a los ataques aéreos de una coalición en Irak contra la organización armada Ejército Islámico de Irak y el Levante.
En un comunicado difundido tras la votación en la cual los conservadores impusieron su mayoría, el líder de la oposición, el neodemócrata Tom Mulcair, acusó al Gobierno de «hundir a Canadá en una prolongada guerra sin un plan creíble para ayudar a las víctimas del terror causadas por el ESIL,» y de «abrir las puertas para involucrar a Canadá en la sangrienta guerra civil siria.”
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