Ataques aéreos de la coalición internacional dejaron al menos 25 combatientes del grupo armado Estado Islámico muertos este miércoles cerca de la norteña ciudad iraquí de Baiji, informaron residentes locales.
Las fuentes agregaron que una serie de bombardeos que comenzaron en las primeras horas tuvieron como blanco la ciudad de al-Siniya, al oeste de Baiji, una ciudad estratégica próxima a la mayor refinería del país, como parte de un esfuerzo internacional para contener el avance del grupo islámico armado.
Tanques del ejército iraquí y vehículos blindados también participaron en los combates contra los milicianos del Estado Islámico el miércoles en la ciudad de Amiriya Faluya, al oeste de Bagdad, dijeron fuentes militares.
Las fuentes añadieron que cerca de 400 combatientes se agruparon en las ciudades cercanas de Faluya y Karma el día anterior, aumentando la presión sobre el flanco occidental de la capital.
Las fuerzas de gobierno contraatacaron a las fuerzas del grupo Estado Islámico en las afueras de Amiriya Faluya, que ha sufrido el asedio de los militantes durante la mayor parte del mes y es la última ciudad controlada por el Gobierno antes de Faluya.
Fuerzas gubernamentales destruyeron cinco de los vehículos de los combatientes, dijo una fuente de seguridad.
No hubo informes inmediatos sobre el número de víctimas de los combates allí, pero el avance de los militantes parece haber sido frenado.
Otra batalla entre ambos bandos tuvo lugar en la cercada ciudad de Hit, también en la provincia de Anbar, pero el resultado no estaba claro.
Hit es un mercado amurallado a unos 130 kilómetros al oeste de la capital iraquí que se encuentra asediado por los combatientes del grupo Estado Islámico desde principios de octubre.
La mayor base aérea de Anbar, Ain al-Asad, la represa de Haditha, elemento fundamental de infraestructura iraquí, y los pueblos de los alrededores se encuentran rodeados por fuerzas del grupo Estado Islámico en el oeste desde la frontera siria y al este por las secciones de Ramadi controladas por los militantes.
La provincia cayó en manos de los militantes tras años de tensión entre el Gobierno chiita y la población de mayoría sunita, que aspira a una mayor autonomía.
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