La semana pasada se llevó a cabo aquí en la ciudad de Montreal un taller sobre los indicadores de terrorismo y radicalización. Estos talleres, que se realizan en distintas ciudades del país, forman parte de la nueva estrategia de la Real Policía Montada de Canadá o Gendarmería Real de Canadá (RCMP – GRC por sus siglas en inglés y francés) para luchar contra la radicalización de los jóvenes.
La policía federal debería anunciar esta nueva estrategia a todos los canadienses antes de fin de año, pero en los hechos ya comenzó la formación de los policías. Y lo que sobresale de su enfoque es que será comunitario. Es decir, cómo manejar el tema con la comunidad, con lo que se hace y se oye en la calle, en los centros comunitarios, en las familias, para captar los indicios y estar listos a intervenir.
Los policías que asisten a la formación vienen de distintos lugares del país y de distintos cuerpos de policía y el objetivo del ejercicio es de sensibilizarlos a los indicadores de terrorismo y de radicalización de los jóvenes.
Al final de la formación todos los policías reciben un diploma que certifica que participaron en ella. Y lo que ellos retienen que es que quieran o no la gente que se radicaliza sufre un cambio de comportamiento y que forzosamente si se tiene mucho cuidado, ese cambio es perceptible para el observador atento.
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