William Kineer Leslie fue un soldado canadiense que no regresó de la Primera Guerra Mundial. De sólo 31 años de edad, dejó atrás una esposa y una niña a quien nunca conoció, nacida en Vancouver después de que él se fuera a la guerra. Esa niña, June Gillrie, tiene hoy 98 años y nunca se ha olvidado de su padre. Y en este centenario de la Gran Guerra, ella está donando el recuerdo más importante de su vida.
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Encontrarse con June Gillrie es como retroceder casi 100 años.
June es ágil, vigorosa a sus 98 años, con una mente aguda y recuerdos sorprendentemente vívidos. Tuvo una vida muy activa con negocios en Vancouver y una pasión por el golf y el esquí.
Aunque una sombra de tristeza se dibuja en su rostro cuando se refiere a un espacio muy importante de su vida que siempre le ha faltado.
Su padre, William Kineer Leslie, murió en el campo de batalla en Francia en junio de 1917 pocos meses después del nacimiento de su hija que nunca llegó a conocer.

La posesión más preciada de June es una carta escrita a mano que su padre le envió a su madre, Maud, en 1916. Escrita en una tienda de campaña con el fuego enemigo alrededor, un telegrama descansaba en la mano de William con el mensaje del nacimiento de June en Canadá. La carta decía:
«Mi querida esposa .. no puedo decirte lo feliz que estoy ahora, desde que recibí la noticia ayer».
La carta habla de su orgullo y de sus esperanzas para con su niña:
«Deberías haber visto la sonrisa en mi cara cuando leí el contenido. Espero que para el momento en que esta carta te llegue, estaremos pensando en ir a la English Bay con el bebé».
Desde hace años, cada Día del Recuerdo, June publica un recordatorio en el periódico local de Comox, en honor a su padre.
Muestra una vieja foto de él, sobre un caballo, en su uniforme militar, tomada en 1915, en Vancouver.

Ahora, ella decidió hacer una conmemoración permanente, donando la preciada carta y las medallas de guerra de su padre al museo local. Lewis Bartholomew es el curador del Museo Alberni, en Comox, Columbia Británica.
«Le quitaron el amor del padre, y 100 años más tarde ese amor de una hija por el padre sigue vivo. A pesar de que la guerra fue trágica, no fue suficiente para matar el amor entre estas 2 personas».
Lewis Bartholomew investigó lo sucedido en el campo de batalla y creó una exposición sobre la vida del Sargento Leslie y su muerte.

Dice que Leslie estaba liderando un ataque contra un búnker de ametralladoras alemanas cerca de la localidad francesa de Villers-au-Bois.
Fue alcanzado por una bala de un francotirador en la cadera y casi inmediatamente fue ametrallado en el pecho y murió al instante.
June cree que en ese último instante pensó ella.
«Creo que su mente se habría ido hacia su madre, y luego hacia mi mamá con el pequeño bebé. Porque yo no creo que alguien muere al instante.

“No sabes cómo ansío verte nuevamente”.

«Cómo ansío verte nuevamente» … es el título que June le puso a la exhibición de su padre – las últimas palabras de la carta escrita para ella y su madre, hace 98 años.

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