El primer ministro canadiense Stephen Harper se va de Australia satisfecho de los resultados de la Cumbre del G20 y no lamenta para nada su intransigencia con Vladimir Putín.
A pesar de los esfuerzos del primer ministro australiano Tony Abbott -que quería un orden del día estrictamente económico en la Cumbre del G20, que se abrió el sábado 15 de noviembre en Brisbane, Australia- fue incapaz de evitar el tema relacionado a la crisis ucraniana.
Stephen Harper se hizo particularmente notar en este expediente, cuando le pidió al presidente rudo que retirara sus tropas de Ucrania, durante un breve, pero glacial intercambio el sábado pasado. Él no lamenta su gesto y cree importante repetirle a Vladimir Putin que su intervención en el conflicto ucraniano es denunciada por la comunidad internacional.
Él califica de vergonzosa la respuesta del líder ruso, que negó la presencia de Rusia en Ucrania, mientras que el este del país se encuentra bajo control de los combatientes pro rusos. Si Rusia se sintiera orgullosa de su gesto se vanagloriaría, dijo el primer ministro Harper, minimizando el impacto de su fricción con Vladimir Putin.
Stephen Harper sostiene que el G20 hizo su trabajo y que el foro sigue siendo pertinente a pesar de que algunos cuestionen su eficacia.
Los dirigentes de los países miembros del G20 se pusieron de acuerdo sobre medidas que deberían engendrar 2.1% de crecimiento económico suplementario a nivel mundial en los próximos 5 años, declaró el Primer ministro australiano.
El G20 va a lanzar una iniciativa internacional en lo que respecta a las infraestructuras. Los ministros de Energía de los países del G20 se reunirán por primera vez el año próximo, dijo Tony Abbot. El año próximo, la cumbre se llevará a cabo en China.
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