Los residentes de la ciudad de Buffalo, en el Estado de Nueva York, no han terminado de reponerse de la nevada que les cayó encima en los últimos días, cuando los servicios meteorológicos les anunciaron otra nueva tormenta de nieve que comenzó anoche.
Otros vehículos de la Guardia nacional estadounidense llegaron a la ciudad para ayudar en las operaciones de levantamiento de nieve.

Los residentes de esta ciudad del norte de Estados Unidos, cerca de la frontera con Canadá, esperan hoy 90 centímetros de nieve, que se vienen a sumar a los 165 centímetros que cayeron ya en la región.
Los meteorólogos temen ahora un aumento de temperatura en el transcurso del fin de semana, lo que podría provocar importantes inundaciones.
El Estado de Nueva York vive una situación extraordinaria, como lo resaltó ayer el gobernador Andrew Cuomo. Él invita a sus conciudadanos a tener paciencia, pero también mucha prudencia y les recomienda permanecer en sus casas para dejar el campo libre a los socorristas y los servicios de emergencia.

El estado de emergencia sigue en vigencia, así como la interdicción de circular en las autopistas, las carreteras secundarias y las calles principales de los municipios aledaños.
Hasta el momento, la tormenta ha dejado un saldo de 7 muertos.
Los Bills de Buffalo piden la ayuda del público
El equipo de fútbol de la ciudad, los Bills, hizo un llamado al público y ofrece $10 dólares la hora y entradas a los voluntarios que los ayuden a levantar la nieve en el estadio y alrededor, a tiempo para el partido del domingo próximo.

La alfombra de nieve que cubre todo el estadio Ralph Wilson tiene por el momento un espesor de 120 centímetros, pero se esperan 60 centímetros más antes del partido contra los Jets de Nueva York.
El equipo estima que habrán 220.000 toneladas de nieve que levantar antes del partido y trata de reclutar a 500 voluntarios para trabajar 24 horas sobre 24, divididas en turnos de 8 horas de trabajo.
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