Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberaron este domingo a un general y a otros dos rehenes capturados hace dos semanas. Por su lado, Bogotá anunció el envío de sus negociadores a Cuba para reanudar el proceso de paz con la guerrilla para poner fin al conflicto interno armado más largo en las Américas.
Las negociaciones de paz entre las FARC y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos lograron más avances que todos los intentos previos, pero cayeron en grave crisis cuando el mandatario ordenó su suspensión y condicionó su continuidad a la liberación del general Rubén Darío Alzate y otros rehenes.
Las FARC entregaron a los rehenes a una misión integrada por representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz, y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en un caserío en medio de la selva.
«El general Rubén Darío Alzate, el cabo primero Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego fueron liberados», informó el presidente Santos en un comunicado.
Un helicóptero con emblemas de la Cruz Roja transportó a los ex rehenes a una base militar en el departamento de Antioquia, a la que la prensa no tuvo acceso.
Aunque las partes han estado dialogando desde hace dos años en La Habana, sus miembros siguen combatiendo sin tregua en las selvas y montañas de Colombia.
Santos rechazó un cese bilateral del fuego solicitado por las FARC ya que cree que la guerrilla podría aprovechar para dilatar indefinidamente las negociaciones. Los bombardeos gubernamentales son frecuentes, mientras que la guerrilla responde a los ataques.
La liberación del general, el oficial de más alto rango capturado por los rebeldes, abrió la puerta para que las partes vuelvan a la mesa de negociaciones.
Los negociadores del Gobierno se reunieron el domingo en la noche con Santos en la sede de la presidencia. Allí se anunció el regreso a La Habana de parte del equipo para una reunión de dos días con las FARC y los países garantes.
En el proceso que busca acabar con medio siglo de conflicto que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados, las partes lograron acuerdos parciales para dar acceso a tierras a campesinos, sobre garantías para la participación en política de la guerrilla y sobre la lucha contra el narcotráfico.
Aún quedan pendientes temas complejos como la compensación a las víctimas, el fin de la violencia y la aprobación de los acuerdos por parte de la ciudadanía colombiana.
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