A su llegada a Uruguay los seis ex prisioneros que permanecieron encerrados por Estados Unidos en Guantánamo por doce años sin haber sido procesados manifestaron su agradecimiento por el refugio brindado por el país sudamericano.
En una carta firmada por uno de ellos y publicada este lunes por un medio local, los ex detenidos agradecieron el haber podido salir del «agujero negro» en el que se encontraban y se comprometieron a aportar al país de refugio mientras rehacen sus vidas.
Cuatro sirios, un paquistaní y un tunecino llegaron este domingo en un avión militar estadounidense desde Cuba y se encuentran internados en un centro de salud para un examen médico.
«Por 12 años los Estados Unidos me encarcelaron en Cuba frecuentemente en condiciones crueles, sin cargos, juicio o proceso justo. En 2009, un equipo de gobierno de los Estados Unidos incluyendo a representantes de los militares, el FBI y la CIA revisó mi expediente y determinó de forma unánime que yo debería ser liberado de Guantánamo. Sin embargo, yo permanecí 5 años más en esa prisión desesperante ya que mi propio país, Siria, se hundía en una sangrienta guerra civil, haciendo que mi repatriación allí fuera imposible… Si no hubiera sido por Uruguay, hoy aún estaría en ese agujero negro en Cuba», dictó el sirio Abdelhadi Omar Faraj, prisionero 329 en la cárcel de Guantánamo, a su abogado, quien envió la misiva al periódico uruguayo El País.
«No tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy por la confianza inmensa que ustedes, el pueblo uruguayo, han puesto en mí y en los otros prisioneros en abrirnos las puertas a su país», agregó el ex recluso que estuvo 12 años encerrado y maltratado en Guantánamo.
El presidente José Mujica accedió a recibir a los presos como refugiados libres, colaborando con el pedido de su par estadounidense Barack Obama, que prometió cerrar el centro de reclusión de sospechosos de terrorismo en territorio cubano.
«En cuanto a mí y los otros prisioneros, deseo asegurarle a todos los uruguayos, incluyendo el gobierno uruguayo, que brindaremos solo buena voluntad y contribuciones positivas a Uruguay mientras aprendemos español y rehacemos nuestras vidas aquí», agregó Faraj en la carta.
Una parte de la población uruguaya rechaza el arribo de los ex prisioneros por temor a que representen una amenaza, aunque el Gobierno estadounidense aseguró que no son un problema para la seguridad del país sudamericano.
Faraj también elogió a Mujica «por su acto noble de solidaridad con nosotros y por su compromiso a tratarnos como seres humanos plenos, en vez de actuar como otro carcelero».
Al final de su carta, el sirio manifestó su admiración por la selección uruguaya que dirige el director técnico Óscar Tabárez, lamentó el resultado en el campeonato del Mundo Brasil 2014 y dijo que alentará al equipo en la próxima Copa América.
Por su parte, Cori Crider, abogada del ex prisionero Jihad Ahmed Mujstafa Diyab, que fue alimentado a la fuerza por sus carceleros estadounidenses durante una huelga de hambre que llevó a cabo mientras estaba recluido, dijo que el refugiado planea traer a su familia a Uruguay y trabajar en una casa de comidas.
«Era otra persona. La diferencia en el tono de su voz entre la última vez que hablé con él desde Guantánamo y ahora que está en Uruguay fue increíble», dijo Crider al periódico uruguayo El Observador.
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