Canadá es sinónimo de nieve. No es para menos. Ella llega en noviembre y permanece hasta el mes de abril. Pero esa nieve que se acumula en aeropuertos, calles y lugares públicos en general, es recogida y llevada en camiones a lugares donde se la deposita. En Nueva Escocia una empresa fabricó la primera fundidora de nieve en Norteamérica. Trecan la funde y elimina el agua por los desagües.
EscucheLa nieve … para algunos, representa horas de diversión!
Pero para otros, es sinónimo de pesadilla y trabajo pesado.
Para contenerla existen la pala, la sopladora de nieve y raspadora, pero para hacerla desaparecer está ahora la fundidora de nieve.
Y las fundidoras Trecan fueron las primeras y durante mucho tiempo las únicas fabricadas en toda América del Norte.
El concepto es bastante simple. Un elemento calienta el estanque de agua que derrite la nieve y que convierte las montañas de nieve en agua. Y la construcción de esas fundidoras se hace en poco más de un mes. David Burnett, presidente de Trecan.
Se empieza cortando el metal. Luego hay que soldar las piezas para hacer la base y el reservorio principal de la fundidora.
Sara Hills consiguió trabajo aquí inmediatamente después de haber terminado la escuela hace unos meses. Ella es una de las pocas mujeres entre los cincuenta empleados y le encanta lo que hace.
Después de todo no es todo el mundo el que puede presumir de construir máquinas que valen millones de dólares. Sara Hills
Trecan fabrica quince modelos de fundidoras de nieve, portátiles y estacionarias. Las más chicas cuestan alrededor de 125 mil dólares, mientras que las más grandes valen millones.
Independientemente de su tamaño, todas ellas deben pasar por las instalaciones de Trecan para recibir varias capas de pintura indica el propietario de la empresa familiar desde hace 20 años, David Burnett.
Y es aquí donde se hace el montaje final. La fundidora amarilla fue vendida al aeropuerto Pearson de Toronto, mientras que la anaranjada se va a entregar a fin de año al aeropuerto de Boston.
Además del aeropuerto, las ciudades, como la de Montreal, son buenos clientes. Daniel Labrecque trabaja en mantenimiento de la infraestructura del metro de Montreal.
Hay mucha menos contaminación sonora, nos evita el hacer varios viajes de camiones transportando nieve por las rutas, además hay menos contaminación visual.
Solamente los motores se compran y se construyen fuera del país. Pueden funcionar al diesel, gas natural o incluso con hidrógeno según la preferencia del cliente.
Pero el cerebro de la máquina, el ordenador que controla todo, también se fabrica en Trecan. Y con los años la tecnología ha mejorado. La innovación es la fuerza de Trecan según su presidente.
«Gastamos mucho más en ingeniería que nuestros competidores que gastan mucho más en marketing que nosotros.»
La pérdida del monopolio hace un par de años le dificulta la vida a Trecan cuyas ventas oscilan entre 10 y 15 millones de dólares por año.
Desgraciadamente las fundidoras robustas tienden a durar casi 40 años. Por lo que la empresa tiene que encontrar constantemente nuevos clientes, dice Burnett.
Desde hace 40 años Trecan se instaló firmemente en Estados Unidos y Canadá, entonces la compañía explora ahora nuevos mercados en Europa y Rusia.
David Burnett, sabe que hay mucho potencial allí, siempre y cuando la política no entre en juego afirma.
En Rusia hay un montón de nieve para derretir, pero la tensión política no facilita las cosas. Trecan quiere entonces desarrollar nuevos usos para este tipo de tecnología de combustión, por ejemplo, en el sector de las arenas petrolíferas, pero mientras tanto la nieve sigue siendo la prioridad y todavía queda mucha por derretir.
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