Ni la desmentida del alcalde ni sus disculpas lograron calmar la ola de indignación que siguió al rechazo de una comuna en las afueras de París de permitir el entierro de un niño romaní.
El primer ministro se involucró al denunciar en su cuenta de Twitter lo que él describió como «un insulto a lo que es Francia».
El alcalde de Champlan, Christian Leclerc, niega estar detrás de la negativa.
«En ningún momento me opuse a este entierro.” – Christian Leclerc alcalde de Champlan
Leclerc, que se ubica a la derecha del espectro político, también dijo «lamentar » que el caso hubiera tomado «tal magnitud.»
Sin embargo, el sábado, Le Parisien informó que Leclerc había mencionado los «pocos lugares disponibles» para explicar la negativa de Champlan de abrir su cementerio a la pequeña María Francesca, que murió al día siguiente de Navidad.
Leclerc añadió que se daba prioridad a «los que pagan sus impuestos municipales.»
Sus declaraciones fueron malinterpretadas por el periódico, dice el alcalde.
Maria Francesca, nacida el 14 de octubre, cuyos padres viven en un asentamiento romaní en la municipalidad de Champlan fue víctima de una «muerte súbita» en la noche del 25 al 26 de diciembre. Cuando una empresa funeraria mandatada por los padres entró en contacto con el ayuntamiento para obtener el permiso de entierro, fue rechazada sin explicación, indican varias fuentes citadas por la agencia France-Presse.
El bebé fue finalmente enterrado en otro pueblo cercano, Wissous. El alcalde de esa localidad, explicó que » por el bien de la humanidad, no podíamos permitir dejar esta situación tal cual.»
Para el presidente de la Liga contra el Racismo y el Antisemitismo, Alain Jakubowicz, se trata de «racismo».
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