La Cruz Roja de Canadá logró ayudar a una persona sobre dos en Haití, tras el terremoto que asoló el país en enero de 2010.
Cinco millones de personas se han beneficiado de la ayuda de la Cruz Roja, una ayuda que se despliega en tres partes sucesivas: primero la emergencia inmediatamente después del terremoto, un componente en el que la Cruz Roja ha distribuido no menos de 2,5 millones de litros de agua potable. Luego la recuperación y, a largo plazo, la reducción de riesgos.
Estas son las líneas generales de un balance de la organización canadiense presentado el jueves.
«Nos sentimos muy orgullosos de haber logrado este trabajo y estamos en deuda con las personas y empresas que han contribuido a nuestra recaudación de fondos. » – Carl Boisvert, miembro del equipo de comunicaciones de la Cruz Roja Canadiense, División de Quebec
En total, 222 millones de dólares se gastaron en Haití, gracias a la recaudación de fondos que se orquestó en Canadá en las semanas siguientes al terremoto. Estos fondos fueron utilizados por ejemplo para establecer un hospital de campaña, o para proporcionar soluciones de alojamiento a 19.000 familias, o sea, a alrededor de 95 mil personas.
Cinco años después del terremoto, la Cruz Roja de Canadá dice que gastó cerca del 90% de los 222 millones dólares que había recogido.
La mayor parte de la cantidad restante, unos 32 millones, se utilizará para iniciativas de salud sostenibles, tales como la formación de voluntarios de la Cruz Roja de Haití, el almacenamiento de suministros de emergencia y la formación en primeros auxilios.
Para la Cruz Roja Canadiense, fue la intervención más importante de su historia en un país, dijo Conrad Sauvé, secretario general y jefe de la dirección de la Cruz Roja Canadiense.
Un programa de salud en la región de Jacmel
La Cruz Roja no actúa sola en su intervención en Haití; tiene como socios el Hospital Sainte-Justine, la Unidad de Salud Internacional de la Universidad de Montreal y la Agencia de Salud y Servicios Sociales de Montreal. Esta colaboración ha permitido la creación de un programa de salud que se prolongará hasta 2020 y mejorar el acceso a servicios de salud en la región de Jacmel, que incluye la construcción de un nuevo edificio para el hospital de Jacmel.
«Después de 4 años de participación en este programa, observamos cambios significativos en el hospital San Miguel,» dice el Dr. Dickens Saint-Vil, jefe de la división de cirugía pediátrica en el Sainte-Justine.
Estos cambios son los siguientes:
*reducción de las tasas de mortalidad neonatal después de la introducción de nuevas prácticas de atención;
*modificación de la práctica en el apoyo a las mujeres en el parto;
*reorganización del servicio de emergencia a fin de garantizar una mejor atención a los pacientes;
*aumento de la disponibilidad de medicamentos en la farmacia
*establecimiento de un servicio de mantenimiento y reparación de equipos médicos.
Según Carl Boisvert de la Cruz Roja Canadiense, este proyecto integrado que incluye al hospital Sainte-Justine es una primicia, por su tamaño y por los fondos invertidos, que son 35 millones.
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