El gobierno haitiano evaluó que los gastos ocasionados por el devastador temblor de tierra del 12 de enero de 2010 representaban 7.800 millones de dólares, es decir 121% del Producto Interno Bruto, PIB, del país en 2009.
Recordemos que este temblor de una intensidad de 7 en la Escala de Richter, destruyó numerosas infraestructuras de la capital, Puerto Príncipe, y sus alrededores, entre las que se cuentan el palacio presidencial, el palacio de justicia, la mayoría de los edificios de los ministerios y de la administración pública. Las estructuras del puerto y del aeropuerto sufrieron daños considerables, y alrededor de 70 kilómetros de carreteras también fueron destruidos.
La comunidad internacional se movilizó para ayudar a este país antillano, que es más pobre de las américas y en la Conferencia de donadores para Haití, que se realizó en Nueva York en marzo de 2010, se prometieron 10.000 millones de dólares para la reconstrucción.
Hasta el momento, 7.600 millones fueron efectivamente entregados, más no obstante algunos observadores estiman que los resultados son apenas visibles.
Los programas de la Organización Internacional de Migraciones, OIM, en los que Canadá participó financieramente, contribuyeron a disminuir de más de 93% el número de desplazados que vivían en carpas. Pero 5 años más tarde, más de 85.000 personas todavía siguen viviendo en 123 campamentos en lamentables condiciones de higiene y seguridad.
El gobierno canadiense donó más de 850 millones de dólares a Haití después del temblor de tierra, lo que convierte en el segundo donador más importante después de Estados Unidos.
Por su parte, la Cruz Roja canadiense recolectó 222 millones después del temblor, de los cuales, cerca de 90% fueron invertidos en ayuda de emergencia y también en la reconstrucción de hospitales y programas de ayuda a la vivienda.
Sobrepoblación, promiscuidad, falta de acceso al agua potable y violencia sexual forman parte del día a día de las personas que encontraron refugios en estas precarias viviendas. Claro está que con el correr del tiempo y gracias a la ayuda internacional, la calidad de estas viviendas ha mejorado, pero está muy lejos de representar una solución durable.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.