Ramsés, caricaturista editorial en La Habana, ve el potencial de grandes cosas para Cuba, pero espera que ciertos valores se mantendrán mientras se sigue adelante en las relaciones con Estados Unidos.
Photo Credit: (CBC)

Caricaturista cubano siente el «fuego» de la creatividad

Ramsés comunica esperanzas, preocupaciones, sobre el futuro de Cuba con la pluma y el papel

En Cuba, se le conoce como Ramsés.

Él es un cubano caricaturista editorial que en este momento no puede creer su buena fortuna de tener lápiz y papel en mano mientras el mundo a su alrededor cambia tan profundamente.

Sin mencionar la sincronización. El 17 de diciembre 2014 se encontraba en una pequeña convención de caricaturistas políticos en Canadá. Estaba esperando encontrarse con el caricaturista canadiense Wes Tyrell cuando llegaron los anuncios del presidente estadounidense Barack Obama y del presidente cubano, Raúl Castro sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Desde ese momento no dejó de dibujar.

Este martes, cuando ambos países discutían de inmigración en La Habana, dibujó esta caricatura.

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Dos banderas, Cuba y Estados Unidos, con una cuerda floja tendida entre ellos. La figura tambaleante en el alambre representa al diplomático. La gran altura del hilo la explica por el gran peligro de un error en este momento, dice. © CBC

«Debemos tener cuidado en estas conversaciones… cuidado con los sentimientos del otro.»

Lo que realmente parece preocuparle es que la esencia de Cuba podría estar en riesgo si el abrazo de lo nuevo es demasiado tirante.

Mezclando  viejos valores con lo nuevo

Hablar de lo nuevo y lo viejo en La Habana por reflejo hace que la mente se desvíe hacia los cautivantes coches viejos y las estructuras ornamentales pero frágiles de la Habana Vieja.

Pero, Ramsés está pensando en más grande.

Su preocupación es por la pérdida de los valores fundamentales en Cuba: la atención médica gratuita, la educación gratuita, la «seguridad en las calles», como él dice.

«Muchas cosas tenemos que preservar. Esto es muy importante para nosotros.»

Hay otro dibujo que emerge de su libro. Una máquina compleja, con dos manos midiendo fuerza. Una Cuba, la otra EE.UU. Los dos brazos en última instancia, son parte de la misma máquina.

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Dos brazos derechos, parte de la misma máquina, pero aún está por verse si la máquina va a funcionar sin problemas. © CBC

«Ellos están haciendo un ejercicio de fuerza», dice. «Es un símbolo que demuestra que somos en realidad un solo pueblo».

Y surge otro. Éste no está terminado, como las negociaciones,  que parecen ser el humo que emana de un cigarro.

Eso cigarro lo tiene y mira con curiosidad un estadounidense. Un cubano le da fuego.

¿Lo va a tomar? ¿Será bueno? ¿Va a quemarlo?

Ramsés no parece seguro de cómo va a terminar el dibujo. Nadie parece seguro de cómo terminará este momento.

Este es un hombre cuya mente es un hervidero. Está nervioso, emocionado, preocupado.

En ese sentido, parece representar a todos los cubanos, pero con una extraordinaria capacidad de poner todo lo que sucede en un papel.

Categorías: Artes y espectáculos, Política
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