Salman bin Abdelaziz al Saud se convirtió, hoy, en el nuevo rey de Arabia Saudí luego del fallecimiento de su hermano Abdalá.
El nuevo monarca anunció que su reinado dará continuidad a las políticas y decisiones, tomadas por su hermano, en materia energética y de política exterior.
Salman –de 79 años y una salud aparentemente frágil- aprovechó su ascensión al poder para designar a su medio hermano Moukrine –de 69 años- como príncipe heredero y a su sobrino Mohamed ben Nayef – de 55 años- como segundo príncipe heredero, en la sucesión al trono.
El deceso del rey Abdalá fue anunciado durante la noche por la corte real en un comunicado difundido por la televisión pública saudí.
Los restos del soberano fueron inhumados -en la tarde de hoy- en presencia de varios dirigentes del mundo musulmán como el presidente de Turquía y el Emir de Qatar.
Según las tradiciones vigentes en Arabia Saudí, donde están prohibidas las manifestaciones excesivas de duelo, el cuerpo de Abdalá fue llevado por sus familiares y amigos a la mezquita y –luego- al cementerio donde fue enterrado en una tumba anónima.
Los dirigentes extranjeros no musulmanes podrán presentar sus condolencias a la familia y homenajear al nuevo rey y al príncipe heredero, en los próximos días.
Los presidentes de Estados Unidos, Francia y Rusia y los primeros ministros de Gran Bretaña y Canadá expresaron sus condolencias personales -y de sus respectivos países- por la muerte del monarca saudí.
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