Las personas con iniciativa, con voluntad de hierro, pueden fijar su mente y decirse ¡hazlo! Y ya está. Luego… está el resto de nosotros. Y si eres de los que creen que es mejor tener a alguien que te dé un empujón para cambiar hábitos no saludables, ya hay pruebas científicas de que tienes razón.
EscucheEste podría ser uno de los mejores consejos que un entrenador puede dar: tener una pareja.
Un nuevo estudio británico, publicado por la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos, muestra que las parejas que ejercitan juntas son mucho más propensas a seguir haciéndolo, especialmente si inician un nuevo régimen juntas.

Andrew Steptoe, de la Universidad College de Londres es uno de los autores del estudio.
Es una cuestión de motivación, que pasa por el mismo tipo de problemas, con las mismas dificultades de levantarse y mantenerse activo, cuando el tiempo es malo por ejemplo, en fin, estas cosas por el estilo.
En este gimnasio en la ciudad de Toronto, Martha Binks está trabajando con su esposo Leonard Collier.
Ella dice que es más divertido hacerlo con su esposo. Martha le regaló un abono para el gimnasio en la fiesta de San Valentín.
Ahora, cuatro años después, el regalo todavía está funcionando. Marta y Leonard asisten al gimnasio con frecuencia.
El propietario de Think Fitness Studio – Brent Bishop – ve esto todo el tiempo.
«Es realmente interesante ver parejas que trabajan muy bien juntas. Es como si cada uno cuida del otro, se dicen cómo hacerlo y se corrigen, ese tipo de cosas. Y hay otras parejas, no que sean agresivas, pero sí que son competitivas entre sí.”

El trabajo, que relevó a más 3.700 parejas de personas mayores de 50 años de Inglaterra, casadas o viviendo juntas, descubrió que la clave para producir un cambio de hábito es que sea comenzado de forma simultánea.
Así, entre las mujeres que fumaban, el 50% logró dejar el cigarrillo si su novio o esposo tomaron esa decisión al mismo tiempo, comparado con el 17% que lo consiguió con una pareja no fumadora y el 8% que abandonó el hábito pese a tener de compañía un fumador regular.
La investigación concluyó también que dos tercios de hombres y mujeres se volvieron más activos físicamente si también lo hizo su pareja, mientras que un cuarto de los hombres y un tercio de las mujeres consiguieron la meta de bajar de peso.

Por el contrario, vivir con alguien que no tiene sobrepeso, no fuma y realiza deporte de forma frecuente no ayuda a modificar el comportamiento de la pareja, indicó el trabajo.
«El comportamiento de un individuo cuya pareja adquirió un hábito saludable tiene significativamente más probabilidades de mejorar que el comportamiento de aquellos con una pareja que siempre fue saludable», concluyó la investigación de la que participó la Universidad College de Londres y la Fundación Británica del Corazón.
«Esto sugiere que las personas pueden tener más éxito en cambiar su comportamiento si su pareja lo hace con ellos», dice Andrew Steptoe de la Universidad College de Londres.
Además, agrega, no hace falta que sea un cónyuge, sino encontrar a alguien que comparta el sufrimiento.
«Es cierto que ser el esposo o la esposa no es necesariamente crucial. Es tener a alguien cerca día a día ayudando, animándole a ir juntos hacia este cambio en su estilo de vida.»
El estudio fue financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y un grupo de departamentos gubernamentales en el Reino Unido.
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