La semana pasada comentábamos que en lo que respecta a los cigarrillos electrónicos, algunos profesionales de la salud no dudan en afirmar que hay una falta de transparencia por parte del ministerio de Salud de Canadá y que el gobierno canadiense ha creado una “zona gris” al negarse a legislar hasta el momento.
Decíamos también que Radio Canadá, en virtud de la Ley de acceso a la información, quiere consultar desde hace un año los documentos existentes sobre las quejas que los usuarios han hecho sobre el impacto del vaporizador electrónico en su salud, pero que el ministerio de Salud de Canadá se niega a volverlos públicos invocando la protección de las informaciones personales de los fabricantes de cigarrillos electrónicos.
Está demostrado que las personas que quieren dejar de fumar lo pueden hacer recurriendo a las terapias de reemplazo de la nicotina utilizando los chicles o los parches o los vaporizadores. La ventaja de los vaporizadores es la sensación en la garganta. Según los especialistas, esta alternativa es agradable, porque no se trata simplemente de masticar chicle si tenemos ganas de fumar o sino que además, la utilizacióndel vaporizador viene acompañada con los gestos del fumador. Y esto ya en sí mismo, es agradable.
EscucheY aquí, hablando de moral, no se trata de reemplazar una dependencia por otra, porque además no hay ningún problema en desarrollar una dependencia de algo que no es nocivo para la salud, porque la nicotina en sí, no es nociva. Y para responder en el plano médico, la nicotina sola, crea menos dependencia que cuando se encuentra combinada a todos los diferentes productos químicos que se encuentra en el tabaco, que potencializan el efecto de la nicotina en el cerebro, concluye el Dr. Martin Juneau, cardiólogo y director de prevención en el Instituto de Cardiología de Montreal.
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