El ex director del Fondo Monetario Internacional, FMI, el francés Dominique Strauss-Khan, denunció este martes en su proceso la impresión de “actividad sexual frenética” que la acusación da de él y por la cual es juzgado por proxenetismo agravado, en lo que se dio por llamar el “asunto Carlton”.
Obligado a renunciar de su cargo en el FMI, después de haber sido acusado en mayo de 2011 de agresión sexual por una mucama del hotel Sofitel de Nueva York, DSK, como lo llaman los franceses, es sospechoso de haber sido el principal instigador de “fiestas finas”, organizadas con prostitutas entre 2008 y 2011 en Lille, París, Bruselas y Washington.
“Cuando se lee el mandato del tribunal correccional, se tiene la impresión de una actividad frenética donde todo el mundo solo hace eso”, declaró DSK al tribunal. “No hubo esa actividad desenfrenada que parece a la lectura de la acusación”, dijo el acusado, afirmando que los jueces de instrucción le reprochan una docena de encuentros en tres años o sean 4 por año.
El ex director del FMI, vestido de un traje oscuro y una corbata gris, pareció tranquilo y calmado ante el tribunal correccional este martes.
A su llegada fue abucheado por tres militantes Femen, que habían tratado de abalanzarse sobre su auto, antes de ser controladas por la policía.
Para los jueces, lejos de ser un cliente “que consume gratuitamente”, DSK era el instigador y el principal beneficiario de la docena de fiestas a las que participó, explica una fuente judicial.
Los magistrados retuvieron en su contra la disponibilidad de un apartamento en París e intercambios de mensajes textos con otros protagonistas, que demuestran según ellos, que él estaba de acuerdo con el “sistema” para satisfacer así “sus necesidades sexuales”.
Dominique Strauss-Khan clama su inocencia y afirma que nunca supo que las mujeres que participaban en estas fiestas, que él califica de “libertinas”, eran en realidad prostitutas y que nunca fue el organizador de estas fiestas.
Si es encontrado culpable de la acusación, DSK podría ser condenado a 10 años de cárcel y a una multa de $ 1.500.000 de euros, alrededor de 2.200.000 dólares. El fallo del tribunal está previsto para el 20 de febrero próximo.
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