Jesús Parra Carrillo levanta el tono de la voz para tratar de convencerlos a todos de que sus sueños, sus ahorros y su nido de amor familiar pueden convertirse en realidad si usted decide sentarse al lado de su « trono » para descubrir los « castillos » que tiene para ofrecerle.
Mientras muestra la lista de las propiedades que tiene a ofrecer, Jesús Parra Carrillo sonrie y señala –con orgullo- el carnet que lo acredita como vendedor autorizado, legal.
El parque del Prado, una verdadera joya arquitectónica del pasado, ubicada en la cèlebre arteria vial, es desde hace 30 años -para los habaneros- el lugar predilecto para intercambiar viviendas y –desde el 2011, gracias a las reformas económicas- para comprar o vender « un ranchito » como dice Cecilia, una mujer que busca una propiedad para comprar en el barrio El Vedado.
En este « mercado callejero », a la sombra gracias a los árboles del lugar, se consiguen viviendas desde 2500 dólares.
Aunque ahora existen agencias inmobiliarias –pocas por que ese tipo de negocio es incipiente en Cuba- mucha gente sigue desplazandose hasta el parque del Prado para realizar las transacciones inmobiliarias.
Ver el texto integral y el blog de «Nuestros enviados especiales en Cuba»
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