En la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, la tragedia sacudió a México y a la opinión pública internacional en pleno.
Lo que se suponía iba a ser una movilización para recordar la Masacre de Tlatelolco, cuando un número impreciso de estudiantes y otros civiles fueron muertos por la represión policial y militar, se convirtió en otra noche negra.
Una nueva embestida de las fuerzas de seguridad dejó un saldo de 6 muertos, 27 heridos y 43 desaparecidos, en la que es conocida popularmente como la Masacre de Ayotzinapa.
Esas 43 personas, de cuya suerte no se tiene noticias desde casi 6 meses, eran estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, un establecimiento que ha estado en varias ocasiones en la mira de las autoridades, por su carácter contestatario y sus denuncias contra todo tipo de represión.
Detrás de la policía, el ejército y la marina aparecen las figuras del alcalde de Iguala y de su esposa, ligados a grupos paramilitares e incluso a cárteles de la droga, y a quienes se acusa de instigar la represión.
La Universidad de York, en Toronto, organizó para el 18 de marzo una jornada denominada Educación y Movilización en México, que tendrá a los desaparecidos de Ayotzinapa como tema central.
De esa jornada y de la necesidad de la solidaridad canadiense hacia las víctimas de la violencia en México habló Luis Laborda, de Radio Canadá Internacional, con Tania Hernández Cervantes, del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de la Universidad de York.
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