Un error trágico de las fuerzas kurdas causó la muerte al sargento canadiense Andrew Doiron, el viernes pasado en Irak, confió a CBC un alto responsable canadiense.
En su versión de los hechos, los kurdos dicen que los cuatro militares canadienses, víctimas de sus tiros fratricidas, no se identificaron ante ellos, lo cual contradice lo dicho por este alto responsable que se confió a CBC.
Los militares canadienses se identificaron sin problema con una contraseña en árabe ante dos puntos de control, tras la línea de frente kurda y por tanto, lejos de los combatientes del grupo armado Estado Islámico (EI). Ante un tercer punto de control, un joven combatiente inexperimentado abrió fuego contra ellos, a pesar de que la misma contraseña fuera utilizada.
Los peshmerga (término usado por los kurdos para referirse a los combatientes kurdos armados), que apuntaban hacia las posiciones del EI, abrieron a su vez fuego contra los canadienses y son, finalmente, esos tiros que le costaron la vida al sargento Doiron y causaron heridas a tres colegas.
Según el alto responsable canadiense citado por CBC, los canadienses conscientes del error no replicaron ante los tiros kurdos.
El ministro canadiense de la Defensa, Jason Kenney, replicó al Ejército Kurdo, cuyo portavoz Halgurd Hekmat había declarado que los canadienses se habían aventurado sin anunciarse en la línea de frente de Bashik, cerca de Mossoul.
Jason Kenney aseguró que los soldados canadienses estaban a 200 metros de la línea de frente, cuando ocurrió el incidente. Él relató que las fuerzas especiales canadienses habían regresado a un puesto de observación cuando los kurdos los tomaron por enemigos y les tiraron.
El sargento Doiron es el primer canadiense muerto, en esta misión, en Irak.
Sus obsequias tendrán lugar, este sábado, en Ottawa.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.