El gobierno canadiense quiere enviar más fuerzas militares especiales a Irak, para participar en la misión contra el grupo armado Estado Islámico. Ottawa debe decidir antes de fin de mes si va a prolongar la misión en ese país.
Tras haber dicho el miércoles último que no tenía intenciones de mandar más efectivos militares a suelo iraquí, el ministro de Defensa canadiense, Jason Kenney, afirmó en una entrevista que no descarta ninguna opción y que estudia todos los escenarios posibles.
“Hasta el momento no hemos tomado ninguna decisión. Estamos considerando todas las opciones”, mantuvo el ministro.
De los 625 militares canadienses desplegados en Irak, 69 forman parte de tropas especiales, cuyo mandato es el de entrenar a los efectivos kurdos en el norte del país.
“Nuestros soldados han aprendido muchas tácticas muy útiles durante su misión en Afganistán, hace algunos años, y comparten esa experiencia con los kurdos”, sostuvo Keney. El funcionario agregó que el gobierno piensa que Canadá puede seguir jugando un rol en la lucha contra Estado Islámico.
Llamó la atención el giro en las declaraciones de Kenney, quien el miércoles último, en el transcurso de una reunión del comité de Defensa Nacional en la Cámara de los Comunes, había afirmado que la administración Harper no preveía aumentar el número de fuerzas especiales militares en Irak.
Otras naciones que participan de la coalición que combate a Estado Islámico se comprometieron recientemente a enviar más tropas, como es el caso de Australia, que anunció que expedirá a otros 300 efectivos para instruir a los militares iraquíes.
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