Este año ha llovido mucho en Costa Rica, pero en vez de lamentarse como suele suceder en otros lugares, los ticos han utilizado la lluvia para producir energía durante 75 días consecutivos.
Con sus centrales hidroeléctricas y un poco de ayuda de las energías geotérmica, solar y eólica, el país se las ha arreglado para no quemar un solo barril de combustible fósil durante un poco más de dos meses y medio. En otras palabras, este pequeño país centroamericano está viviendo, al menos por el momento, ese ansiado futuro verde que tanto desean algunos países desarrollados.
Costa Rica es un país con una población menor que la de la ciudad de Nueva York, que no tiene una industria manufacturera tan grande que alcance a vampirizar su energía. Y lo que han logrado últimamente es impresionante en términos ecológicos.
Alentados por este logro, los ticos siguen mirando hacia el futuro y están trabajando en la aprobación de un proyecto de producción de energía geotérmica evaluado en casi 1.000 millones de dólares que les permita producir energía incluso en épocas de sequía.
Está claro que si Costa Rica puede invertir grandes sumas de dinero en energía limpia, es quizá porque no teniendo ejército, su presupuesto de defensa no es muy elevado.
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