En una decisión reciente, la Comisión de Salud y Seguridad del trabajo (CSST) llegó a las conclusiones de que la muerte de Iván Guerrero Reyes podría haberse evitado, y de que la seguridad en la granja donde trabajaba el joven era deficiente.
Iván Guerrero Reyes, trabajador agrícola mexicano murió en una granja en Ormstown el pasado mes de agosto. Una muerte que ha puesto de relieve algunos de los problemas experimentados por esta mano de obra barata.
Iván Guerrero Reyes, de 29 años, venía a trabajar desde hace varios años en los Jardines Ormstown, un lugar donde se sentía infeliz. A menudo se quejaba de su empleador y de sus malas condiciones de trabajo a los trabajadores de la comunidad relacionados con la Diócesis de la ciudad de Valleyfield. Éstos documentaron las condiciones de vida de los trabajadores agrícolas extranjeros. «Me tratan como a un perro», llegó a decir el joven en un video testimonio grabado en 2013.
A los pocos días después de su llegada en 2014, el joven encuentra un problema de agua en la casa donde duermen los trabajadores mexicanos, y se dispone a reparar la fuga. Pero morirá ahogado en un pozo tratando de detener el agua. Tomará más de 24 horas antes de que se informe sobre su desaparición.

La CSST señala en su decisión que esos trabajos de plomería deberían haber hecho antes que los trabajadores llegaran a la granja. Tras el accidente, la CSST le pidió al granjero que arreglara el orificio.
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