El ex arzobispo de Montreal, cardenal Jean-Claude Turcotte, murió este miércoles a los 78 años de edad. La noticia fue confirmada esta madrugada mediante un comunicado del arzobispado de Montreal, que él dirigió de 1990 a 2012.
El cardenal Turcotte sufría desde hace varios meses de complicaciones vinculadas a la diabetes y el 24 de marzo pasado entró en la unidad de cuidados paliativos. El sábado pasado, se hizo público que la salud del jefe religioso era considerada como muy frágil, pero que su estado era estable.
Algunos meses antes, en septiembre de 2014, el vicario general de la Diócesis de Montreal, monseñor Michel Parent, había escrito en el sitio Internet de la iglesia católica de Montreal que el cardenal Turcotte tenía “desde hace cierto tiempo, serios problemas de salud” e invitaba a los creyentes a rezar por él.
Nacido en Montreal el 26 de junio de 1936, Jean-Claude Turcotte hizo sus estudios clásicos en el Colegio André-Grasset antes de obtener una licencia en teología sagrada en el Gran Seminario de Montreal. Fue ordenado sacerdote el 24 de mayo de 1959 en Laval y ocupó varias funciones pastorales antes de ser nombrado obispo de Montreal en 1982.
Durante la visita del papa Juan Pablo II en 1984, fue delegado de los obispos de Quebec ante el gobierno provincial, además de haber coordinado la visita del papa en la diócesis de Montreal. Algunos años más tarde, en marzo de 1990, Juan Pablo II lo nombró arzobispo de la diócesis de Montreal.
Monseñor Turcotte siguió activo en el seno de la iglesia católica, participando a diferentes eventos en distintos lugares del mundo. En octubre de 1994, fue nombrado cardenal por el papa Juan Pablo II.
En 1995 la Universidad McGill de Montreal le otorgó un doctorado honoris causa en Teología y fue elegido vicepresidente de la Conferencia de obispos católicos de Canadá. En 1997 fue elegido presidente, un cargo que ocupó hasta 1999. Entre 1996 y 2006 fue miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede.
En 1996 fue decorado con la Orden de Canadá, una medalla que decidió devolver en 2008, cuando el mismo honor fue otorgado al doctor Henry Morgentaller, ardiente defensor del aborto en Canadá.
En el transcurso de su carrera, el cardenal Turcotte participó a dos cónclaves para elegir a los sucesores de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. Cuando este último cónclave se acercaba en 2013, había dejado entender en una entrevista que él estaba en favor de cierta apertura de la iglesia a la modernidad, pero siguió siendo fiel a las enseñanzas de la religión católica, recordando que la iglesia no cambiaría sus dogmas fundamentales.
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