Los objetivos canadienses de reducción de gases de efecto invernadero, GEI, son solo una ilusión que desaparecerá como el humo si el crecimiento de la explotación de las arenas bituminosas en el oeste canadiense continúa al mismo ritmo.
Una compilación de datos del ministerio de Medioambiente de Canadá y de otras fuentes gubernamentales federales hecha pública ayer por grupos ambientalistas, indica que las emisiones canadienses de gases de efecto invernadero aumentaron de 18% desde 1990 y que los tres cuartos de este aumento se imputan a la producción de hidrocarburos provenientes de las arenas bituminosas de la provincia de Alberta.
El análisis realizado por los grupos ambientalistas Environmental Defence y Greenpeace, concluye que para alcanzar los modestos objetivos canadienses de reducción de GEI antes del 2020, se tendrían que convertir a la electricidad todos los automóviles canadienses de aquí a 5 años, lo cual es un objetivo completamente irrealista.
La provincia de Alberta, que representa solo el 11% de la población canadiense, produce ella sola más GEI que Ontario y Quebec juntas. Y si continúa al mismo ritmo actual, en 2020 producirá más gases que Quebec, Ontario y Columbia Británicas juntas, cuando estas 3 provincias representan 75% de la población canadiense.
Este informe fue publicado a la víspera de la gran Caminata Acción Clima, que se llevará a cabo mañana sábado en Quebec, en el marco de una serie de eventos para sensibilizar a la población y los políticos sobre la urgencia de luchar contra los cambios climáticos.
Quebec será el anfitrión el martes de la semana próxima de una cumbre sobre los cambios climáticos que reunirá a los primeros ministros de las 10 provincias y los tres territorios canadienses.
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