Gautrain, tren rápido de 80 kilómetros que une Johannesburgo y Pretoria, construido en 2012 por Bombardier
Photo Credit: CBC

Proyecto ferroviario de Bombardier en Sudáfrica investigado por corrupción

CBC/Radio Canadá supo que la Defensora del Pueblo de la República de Sudáfrica, Thuli Madonsela, investigaba si se pagaron «coimas» como parte de un proyecto de 3 mil millones de dólares, un contrato adjudicado a un consorcio del que forma parte la compañía canadiense Bombardier.

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Thuli Madonsela, Defensora del Pueblo de la República de Sudáfrica, © CBC

Thuli Madonsela es mediadora en Sudáfrica, donde los medios de comunicación la llaman «la señora anticorrupción». Bombardier asegura colaborar y niega todas las acusaciones.

La investigación de Thuli Madonsela intenta confirmar los artículos de algunos medios de comunicación, que informaron que se pagaron comisiones de varios millones de dólares como parte del proyecto Gautrain. Un tren rápido de 80 kilómetros que une Johannesburgo y Pretoria, cuya construcción se completó en 2012.

Thuli Madonsela ampliará su investigación en base a las nuevas revelaciones hechas por CBC, que entrevistó a Peter-Paul Ngwenya, quien sostiene que un acuerdo secreto fue negociado por Bombardier para pagarle a él una comisión de 5 millones de dólares. Un intermediario que se describe como una persona influyente en los círculos políticos de Sudáfrica.

«Hay algo completamente desproporcionado en este tipo de pago», dijo Paul Hoffman, abogado del Instituto de Rendición de Cuentas en Sudáfrica, una ONG que aboga por una mayor responsabilidad en África.

«No se distribuye este tipo de comisiones a personas que no tienen derecho. Esto reduce la rentabilidad de un proyecto y puede conducir a pagar sobornos y a la corrupción. Este acuerdo parece apestar a esto. »

– Paul Hoffman, abogado

En una entrevista con CBC, Thuli Madonsela dijo que había recibido una denuncia que pone en duda el reembolso de ciertos sobrecostos. Ahora ella afirma examinar todo el proyecto. «Hay denuncias de injerencia política», dijo. «Cuando hay denuncias de injerencia política, investigamos si hay propinas sospechosas, lo que ustedes llaman sobornos en su país», dijo.

Bombardier se negó a darle una entrevista a CBC. En un correo electrónico la empresa dice no haber tenido conocimiento de la existencia de una investigación, pero Bombardier asegura que «si se nos invita a participar en la investigación de la Defensora del Pueblo de la República, vamos a ofrecer nuestra colaboración”.

El intermediario cuenta su historia

CBC ha obtenido documentos que muestran que Bombardier concluyó un acuerdo secreto en 2010. Este acuerdo tuvo por efecto la concesión de una comisión de cerca de $ 5 millones a un intermediario con sede en África. Según Ngwenya, el contrato fue escrito después de que amenazó con dañar la reputación de Bombardier dando a conocer informaciones comprometedoras.

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Peter-Paul Ngwenya © CBC

Por primera vez, el intermediario Peter-Paul Ngwenya, habló en detalle de este acuerdo a los periodistas de CBC. Él sostiene que Bombardier le debe más de 6 millones de dólares por su ayuda que ha llevado a la obtención  del contrato, dice él. El dinero, agregó, se le debía pagar a él a través de otro intermediario, el empresario tunecino Youssef Zarrouk. Medios de comunicación sudafricanos informaron que Zarrouk recibió una comisión de $ 35 millones de dólares de Bombardier.

«Es un negocio de tramposos. [Bombardier] está dirigido por matones, delincuentes, personas que no cumplen sus promesas escritas”.

– Peter Paul Ngwenya, entrevistado por la periodista Diana Swain

Bombardier afirma no deberle nada a Ngwenya

«Como hemos dicho en repetidas ocasiones, Bombardier nunca tuvo un acuerdo por los servicios de Ngwenya,» escribió la empresa en un correo electrónico a la CBC. «Bombardier mantiene que sus acusaciones son infundadas y carecen de mérito. »

CBC obtuvo cartas del 2009 escritas por Ngwenya en las cuales amenaza a  Bombardier y exige ser pagado.  Evoca a la empresa británica BAE Systems, que fue mancillada después de una transacción de armas envuelta en corrupción, en los años 90.  Él advierte a  Bombardier que el escándalo estalló porque los compromisos no se cumplieron.

Ngwenya añadió: «No quisiéramos ser responsables de cualquier cosa que pudiera dañar su reputación empresarial o futuros proyectos en esta parte del mundo.»

«Les dije de resolver mi caso, porque yo no voy a permanecer pasivo», contó Peter-Paul Ngwenya, en una entrevista con CBC. «Este [acuerdo] podría ser interpretado de una manera diferente, es decir, que también estamos involucrados en actividades similares a las que hace frente la  BAE [Sistemas] «.

Bombardier niega las acusaciones

Según otros documentos, Bombardier inicialmente desestimó las amenazas de Ngwenya, calificándolas de «falsas acusaciones». La compañía no tenía intención de pagar o responder a sus quejas. «Su referencia a BAE y sus amenazas a la reputación de Bombardier son altamente ofensivas y completamente sin mérito», escribió Peter Albexon, Vicepresidente de Ventas y Desarrollo de Negocio de Bombardier Transportation.

«Bombardier tiene los más altos estándares de conducta ética en el mundo», agregó. El cuadro de alto nivel de Bombardier escribió a Ngwenya que él  «no tiene ningún contrato de ningún tipo con Bombardier.»

La directora de Comunicaciones de Bombardier Transportation, Sandy Roth, fue aún más lejos al decir «nadie de Bombardier se ha reunido nunca con Ngwenya.» Ella dijo que «nunca tuvo un contrato con él» y «nunca ha hecho negocios con él.» «Hasta donde sabemos, fue [el agente tunecino Youssef] Zarrouk el que lo contrató. Y nunca hemos tenido contacto directo con él, tampoco. »

Ahora, un año después de amenazar con acusar a Bombardier, Peter Paul Ngwenya afirma que se reunió con el vicepresidente de la empresa y con Youssef Zarrouk en un hotel de Londres. CBC ha obtenido una copia del acuerdo secreto que fue negociado en ese entonces.

Este documento establece que Bombardier no ha tenido contacto directo con Ngwenya por el proyecto Gautrain, pero precisa que «para resolver la controversia de manera expedita»,  se comprometió a transferir una suma no revelada a su agente en el norte de África para que a su vez le pague a Ngwenya 5.300.000 dólares.

El documento contiene una cláusula de confidencialidad que establece que el acuerdo «se mantendrá privado y confidencial y que bajo ninguna circunstancia se revelará a nadie.» Sin embargo, en la correspondencia posterior, Ngwenya afirma que no ha sido pagado.

«Bombardier nunca ha aceptado pagar cantidad alguna al señor Ngwenya», escribió la compañía en un comunicado a la  CBC. «El acuerdo al que usted se refiere es objeto de un procedimiento judicial en Sudáfrica. Bombardier no puede hacer más comentarios sobre este asunto. »

Banderas de alertas

Las nuevas revelaciones de CBC son una continuación de los artículos publicados por el South Africa’s M & G Centro por el Periodismo de Investigación en 2012. Los periodistas informaron que Bombardier había contratado a Youssef Zarrouk, un polémico hombre de negocios de Túnez, y que se comprometió a pagarle 35 millones dólares si (Bombardier) obtenía  el contrato para el proyecto del tren.

CBC ha obtenido una versión anterior del contrato entre Bombardier y Zarrouk asi como el contrato entre Zarrouk y Ngwenya. Ambos documentos no llegan a 10 páginas y contienen pocos detalles del trabajo a realizar a cambio de los millones prometidos.

«Esta (bandera roja) es una señal de alerta que nos ha interpelado», dice Peter Dent, un ex investigador de lucha contra la corrupción en el Banco Mundial, que ahora trabaja en Deloitte en Toronto. Peter Dent explica que, en general, una empresa que hace negocios con un agente produce un documento que detalla muy claramente lo que el agente debe hacer para protegerse de posibles acusaciones de corrupción.

«Es lo que llamamos el síndrome del expediente delgado”, añade. «Más la carpeta que contiene el contrato es delgada, menos documentación hay, más ese contrato es arriesgado. «En este caso, no hay evidencia de sobornos que se hayan pagado, y todos los implicados en este caso lo  niegan”.

«Es una práctica común en muchas industrias de contratar representantes y agentes en los países donde las empresas quieren hacer negocios», escribió Bombardier.

«Bombardier implementa un estricto código de conducta, contamos con  mecanismos severos de auditoría interna y externa. Como ya lo hemos dicho, no apoyamos los pagos para obtener contratos. Estas prácticas están totalmente en contra de nuestra ética y condenamos este tipo de comportamiento. » – Bombardier

Ngwenya dijo también que nunca pagó sobornos. Él sostiene que «nadie en Bombardier le pidió que haga algo inapropiado», pero cree que estos «acuerdos y los millones de dólares que cambian de manos parecen sospechosos.»

«Por supuesto que no sé nada de los trenes y no soy un ingeniero. Alguien podría decir que 7 millones es mucho dinero, y preguntarme lo que hice. Yo soy quien soy y debido a mis relaciones, es fácil llegar a la conclusión de que el dinero que recibí, lo utilicé para pagar a corruptos. Nadie en Bombardier me pidió que hiciera algo inapropiado «, afirma Peter-Paul Ngwenya.

Esta no es la única acusación de corrupción contra Bombardier. Radio Canadá, en su programa Enquête  del mes de enero 2015 se refirió a acusaciones de corrupción contra Bombardier en un proyecto ferroviario en Corea del Sur. Un tren que resultó ser un elefante blanco, y que endeudó a la ciudad de  Yongin.

 

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