Este fin de semana se llevaron a cabo manifestaciones en varias ciudades canadiense en rechazo del proyecto de ley antiterrorista presentado por el gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper.
La votación final sobre este proyecto de ley C-51 se llevará a cabo en el transcurso de esta semana en el Parlamento Federal en Ottawa.
La ciudad de Vancouver, la más populosa en la provincia de Columbia Británica, fue uno de los escenarios de las marchas de rechazo al proyecto de ley C-51. Otras ciudades donde también se llevaron a cabo acciones de rechazo a la propuesta de ley de los conservadores fueron Edmonton, Regina y Halifax.
Lo que los manifestantes quieren es que el gobierno canadiense eche al canasto esta legislación
El escenario de la protesta en Vancouver fue el exterior de la Galería de Arte de esa ciudad. A ese lugar acudieron el pasado sábado cientos de personas llevando carteles y alzando sus voces de protesta.
Ese proyecto de ley le dará a CSIS, la Agencia canadiense de seguridad e inteligencia, mayores poderes, lo cual inquieta a una parte de la población canadiense, ya que no habrá una supervisión adecuada sobre esos nuevos poderes.
La ley antiterrorista propuesta por los conservadores le dará a los organismo policiales y de vigilancia el poder de arrestar a una persona si ellos consideran que un acto terrorista podría ser llevado a cabo.
La ley también reduce la evidencia necesaria para llevar a cabo un arresto. También hace ilegal el promover acciones que pueden ser consideradas como terroristas por parte de las autoridades.
La oficina del ministro de Seguridad Pública, Steven Blaney, indicó que su ministerio rechaza aquel argumento que sostiene que cada vez que el gobierno conservador habla de seguridad, esto pone en peligro los derechos y libertades de los canadienses.
Pese a los esfuerzos del gobierno de calmar las inquietudes y el temor a la instauración en Canadá de un Estado de vigilancia constante de la ciudadanía, las preocupaciones persisten. Lo que los manifestantes temen es que la ley del gobierno conservador servirá para silenciar y criminalizar las voces y las acciones de oposición a su gobierno.
Hasan Alam, abogado y fundador del grupo llamado Critical Muslim Voices, Voces críticas musulmanas, sostiene que esta ley no busca proteger a la ciudadanía y que su propósito es más bien de limitar las posibilidades de manifestación en contra del papel del gobierno canadiense en la guerra contra el terror.
Sin embargo, poco importa la magnitud ni la frecuencia de las acciones de protesta contra el proyecto de ley antiterrorista C-51. Lo más probable es que esta semana los conservadores harán uso nuevamente de su rodillo mayoritario en el Parlamento para aprobar esta nueva ley, cuyas consecuencias, según sus críticos, acabarán erosionando la democracia canadiense.
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