El América necesita una victoria aplastante esta noche contra el Impact de Montreal para calmar y tranquilizar a los 100.000 aficionados que asistirán esta noche al Estadio Azteca de Ciudad de México.
Este primer partido de la final de la Liga de Campeones de la CONCACAF servirá de prueba de fuego para el equipo mexicano cuyas recientes actuaciones dejan que desear y hacen temer lo peor a sus aficionados.
La prensa mexicana, afirma que el América debe tener mucho cuidado con este equipo, que aunque no tenga mucho destello, está compuesto por jugadores eficaces que saben aprovechar la más mínima ocasión.
Se tiene que desconfiar de ellos, porque pueden aprovecharse del menor error para marcar un gol rápido, que desestabilizaría a los favoritos, dicen en México.
Derrotado dos veces 4 a o en un mes, el América es un equipo frágil, aunque bien provisto de jugadores de élite, de los cuales varios formaron parte del equipo nacional de México en el Mundial de Brasil, capaces de grandes jugadas. De hecho, lo demostraron en la semifinal al liquidar al Herediano, 6 a 0 ante una hinchada en delirio que quería justamente eso.
A pocas horas de esta final tan esperada entre un “equipo cenicienta” y una formación cuya fama envidiable sobrepasa las fronteras de México, la prensa de México advirtió al entrenador y al presidente del equipo que tendrán cuentas que rendir la semana próxima.
Los próximos 7 días son calificados como cruciales en México, porque entre los dos partidos de la final de la Liga de Campeones esta noche en México y el próximo 29 de abril aquí en Montreal, el América jugará el domingo 26 de abril contra su gran rival, el Chivas de Guadalajara. Un clásico que caldea los ánimos de sus hinchadas respectivas.
El Saprissa de Costa Rica, campeón en 2005, es el último equipo no mexicano en haber representado a la CONCACAF en la Copa Mundial de Clubes.
La tarea se anuncia ardua y pesada esta noche para el Impact en la Ciudad de México, pero como el América es tan imprevisible, hay que ser muy cautelosos antes de predecir la hecatombe para el “equipo ceniciento” de Frank Koplas.
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