La mayoría de las calles de Baltimore estuvieron tranquilas durante la noche del martes, registrándose algunos arrestos durante el toque de queda impuesto tras la última ola de disturbios provocada por la cólera de la población a causa de la muerte de un joven negros a manos de la policía.
El comisionado Anthony Batts dijo alrededor de la medianoche que hubo unos diez arrestos y que «el toque de queda está funcionando».
Al iniciarse el toque de queda en la noche del martes, la policía antidisturbios disparó balas de goma y gas lacrimógeno contra cientos de manifestantes congregados frente a una farmacia que fue incendiada hace dos días.
La medida fue decretada ante la explosión de violencia que vivió Baltimore tras el funeral del lunes de un joven afroamericano que murió el 19 de abril debido a una severa lesión en la columna vertebral, sufrida mientras estaba bajo custodia policial una semana antes.
La muerte de Freddie Gray, de 25 años, reanimó el movimiento nacional contra la violencia policial, que surgió tras la muerte de varios hombres negros desarmados abatidos por la policía el año pasado en Ferguson, Nueva York y otras ciudades del país.
Miles de policías y efectivos de la Guardia Nacional patrullaron las calles de Baltimore durante la noche y estaba previsto que el toque de queda siguiera vigente seis noches más. El 63 por ciento de la población en Baltimore as afroamericana.
En una decisión poco habitual, el partido de la Liga de Béisbol entre Baltimore Orioles y Chicago White Sox se jugará el miércoles como estaba previsto, pero sin la presencia del público.
El martes en Chicago, unas 500 personas se manifestaron frente a la sede central de la policía y marcharon en solidaridad con la población de Baltimore, cantando «Paren la violencia policial». Hubo al menos un detenido, pero el acto fue en su mayor parte pacífico.
Los medios locales informaron que dos personas resultaron heridas por la noche tras un tiroteo en Ferguson, durante una protesta cerca del lugar donde el adolescente negro Michael Brown fue abatido a tiros por la policía en agosto.
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