Según el último balance del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, la crisis en Burundi ha provocado el éxodo de más de 40.000 personas que se han refugiado en los países vecinos.
De ese total, 24.795 han huido hacia Ruanda, 6.966 hacia Tanzania y 7.319 hacia la República Democrática de Congo. La ACNUR afirma que esas cifras aumentan rápidamente y que ciertos refugiados no se registraron como tal.
La tensión ha aumentado en Burundi desde el 25 de abril, cuando el partido del presidente Pierre Nkurunziza lo designó para presentarse a un tercer mandato en las elecciones del mes de junio próximo.
La oposición, que manifiesta desde hace más de una semana, afirma que esta candidatura es contraria a la Constitución del país, que limita el ejercicio de la magistratura suprema a dos mandatos sucesivos.

Según ciertos movimientos de la sociedad civil, unas 10 personas habrían perdido la vida en enfrentamientos contra las fuerzas del orden.
La Corte constitucional validó este martes la candidatura de Nkurunziza, alegando que su primer mandato en 2005 se debía a una designación por el Parlamento y no a una elección por sufragio universal directo.
El jefe de Estado, que recibió este miércoles a los ministros de Relaciones Exteriores de Kenia, Tanzania, Uganda y Ruanda que se reunieron con él para hablar de la crisis, les prometió que esta sería su última candidatura.
Esta crisis es la más grave desde la firma de los acuerdos de Arusha en el 2000, que pusieron fin cinco años más tarde a la guerra civil entre la mayoría hutu y la minoría tutsi, que dejó un saldo de 300.000 muertos.
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