Expertos en derechos humanos por Naciones Unidas acusaron a Paraguay de poner en riesgo la salud y la vida de una niña de 10 años, que quedó embarazada tras presuntamente haber sido violada por su padrastro, dado que las autoridades se niegan a autorizar que los médicos le practiquen un aborto.
La situación de la menor, cuya gravidez se encuentra en el quinto mes, ha desatado un debate intenso entre los legisladores y la población del país sudamericano en torno a las estrictas leyes sobre el aborto vigentes en Paraguay, que prohíbe ese recurso médico con la sola excepción de los casos en los que la vida de la mujer encinta se encuentra en riesgo.
A pesar de los pedidos efectuados por la madre de la niña y por numerosos especialistas de la salud, en el sentido de poner fin al embarazo ante el peligro que implica el mismo para la vida de la menor, el Estado se ha negado a adoptar medidas que resguarden la integridad física y mental de la muchacha.
Expertos de Naciones Unidas criticaron a los responsables paraguayos por su inacción ante el caso, aunque saludaron la decisión del presidente del país, Horacio Cartes, de conformar un panel de expertos para que estudien el caso.
La policía arrestó recientemente al padrastro de la niña, un hombre de 42 años de edad, quien estuvo prófugo durante varias semanas, y quien está acusado de violar a la menor, cargo que él niega.
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