Las autoridades mexicanas justificaron este lunes el uso de la fuerza letal durante un enfrentamiento en el que murieron 42 presuntos delincuentes y un policía, en medio de cuestionamientos sobre ejecuciones extrajudiciales cometidas por efectivos militares.
El pasado viernes miembros de la policía federal se enfrentaron en Michoacán contra supuestos miembros del cartel Jalisco Nueva Generación (JNG) en uno de los choques armados más sangrientos desde que México lanzó una ofensiva contra el narcotráfico en diciembre del 2006.
El Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dijo que se trató de un enfrentamiento, en respuesta a dudas sobre si las autoridades habrían ejecutado a los presuntos delincuentes.
«Todas (las víctimas) cayeron en enfrentamiento», declaró Rubido a la prensa.
En 2014 tres militares mexicanos fueron acusados de homicidio en el caso de la presunta matanza de 22 supuestos delincuentes en Tlatlaya, en el Estado de México.
Rubido justificó el uso de la fuerza letal contra los delincuentes y explicó por qué murieron muchos más presuntos criminales que efectivos policiales.
«Cuando las fuerzas del orden son agredidas con armas letales se hace nugatoria la utilización de armamento no letal (…) No podemos exponer la vida de servidores públicos (…) enfrentándose a un grupo delincuencial cuyo objetivo es no neutralizar al policía sino abatirlo», dijo Rubido.
La balacera en el rancho de Tanhuato, un municipio colindante con el Estado de Jalisco, se produjo días después de que sicarios del JNG derribaran un helicóptero militar en una de las acciones más audaces de la delincuencia organizada en México contra las fuerzas de seguridad del país.
Rubido explicó que el enfrentamiento se originó el pasado viernes cuando un convoy de la Policía Federal (PF), compuesto por ocho vehículos y 42 agentes, se dirigió al rancho tras recibirse denuncia de que el lugar había sido ocupado por criminales desde el lunes. Ya cerca al rancho, la caravana fue atacada a tiros por un grupo de hombres armados que circulaban a bordo de una camioneta de carga.
Posteriormente se produjo una persecución que terminó cuando la camioneta entró en la hacienda, chocó contra un árbol, y desde dentro de las instalaciones de la finca, de poco más de 112 hectáreas. En ese momento los policías fueron recibidos a tiros.
El Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, salió al paso de algunas versiones que indicaban que en el rancho había más muertos que armas, asegurando que fueron incautadas 38 armas largas, dos armas cortas, un rifle Barrett calibre .50 y un lanza-granadas. A los tres delincuentes detenidos se les decomisaron tres armas largas y una granada de expansión.
Según el funcionario, en el sitio fueron hallados uno 2,626 casquillos percutidos y 1,282 cartuchos útiles. «O sea que estamos hablando de una importante capacidad de fuego que tenía el grupo criminal», señaló Rubido.
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