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¿Escribimos peor gracias a las nuevas tecnologías? No tan así, según expertos

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Escribimos, escribimos más, mucho más que en otras épocas,  y sobre todo con más prisa… lo hacemos en las redes sociales, en los mails, blogs, textos telefónicos; e inversamente a lo puede creer el  grueso de la sociedad, no se escribe tan mal como se piensa.

Existen numerosas instituciones educativas preocupadas por la influencia de las nuevas tecnologías en la escritura. Y esto es producto del cambio de paradigma comunicacional que acarrean estas tecnologías, más precisamente el intercambio escrito en el mundo digital, donde cada plataforma impone reglas diferentes para poder interactuar. En la actualidad mandan los 140 caracteres del Twitter o los 160 caracteres por el sistema de mensajes de texto de Skipe,  de un SMS y de otros sistemas similares. Pero sobre todos estos aspectos técnicos, lo que prima es la instantaneidad de la comunicación. Y para lograrla, los usuarios utilizan las abreviaturas, acrónimos, emoticones y emojis entre otros métodos para lograr esa ansiada inmediatez.

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Según Paula Márquez, psicóloga entrevistada por “La Nacion”, “esta inmediatez es una de las características de la época en que vivimos, e implica que hay una demanda de respuesta del otro que debe ser ante todo veloz y precisa; esto exige que mi mensaje sea lo más acotado posible. Por esto, los usuarios apelan con más frecuencia al uso de abreviaturas, símbolos e incluso a la ausencia -en algunos casos- de los signos de puntuación».

Diversas investigaciones académicas van en contra de lo que se cree con respecto a la mala utilización de la lengua en las nuevas tecnologías. Si bien hay errores ortográficos muy presentes en los mensajes compartidos en las redes sociales, Jamie Hanlon, del departamento de psicología de la Universidad de Alberta, en Canadá, asegura que “los adolescentes que son buenos en ortografía desde el punto de vista académico, también lo son en los mensajes instantáneos, y aquellos que tienen mala ortografía en clase, también la tienen en la comunicación en el mundo digital”.

Dicha investigación fue realizada sobre una población de 40 estudiantes, entre los 12 y 17 años. Y quizás lo más sorprendente para estos investigadores fue la ortografía y el uso del lenguaje informal de la mensajería (conocido en inglés como “chatspeak”) teniendo en cuenta el sexo de los participantes. Según los resultados del proyecto, las mujeres utilizan más la jerga informal y las abreviaturas y acrónimos que los varones, que usaban mucho más los signos de puntuación. Sin embargo, cuando los varones utilizaban la jerga específica y los acrónimos y abreviaturas, la ortografía decaía significativamente.

Andrea Lunsford, directora del programa de escritura y retórica de la Universidad de Stanford, California, en los Estados Unidos,  realizó diversas investigaciones sobre el comportamiento de diversas generaciones con respecto a la escritura. Producto de estos estudios Lunsford llegó a la conclusión que en el pasado, la escritura no era una actividad muy común como lo es ahora gracias a la comunicación en el mundo digital. Hoy en día, los jóvenes escriben constantemente y durante todo el día gracias al uso de las redes sociales y la mensajería instantánea. En otro orden, Lundsford afirmó que los jóvenes de hoy saben reconocer el contexto comunicacional y por ende, utilizar el lenguaje adecuado según las exigencias y circunstancias y cambiar el registro cuando lo consideren necesario. Si bien escriben todo el día con abreviaciones, acrónimos, emoticones y emojis, pueden hacer la diferencia y saben la importancia de conocer a quien va dirigido dicho texto y por qué motivo lo están escribiendo y gracias a ello, adecuan la estructura.

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En realidad, Lunsford asegura que los jóvenes reconocen el contexto comunicacional y utilizan el lenguaje en consecuencia, como lo hacen los adultos cuando se dirigen a un jefe, a un desconocido, a un amigo o a un familiar. Lo que hacen los jóvenes es adaptar el mensaje y contextualizarlo según la tecnología y según Adrea Lunsford, “ellos tienen mayor conciencia que sus predecesores que están escribiendo para alguien y que su escritura genera un efecto”.

En definitiva, si bien los errores ortográficos existen y por momentos los mensajes se ven plagados de abreviaturas, acrónimos, emojis y emoticones, los usuarios de las nuevas tecnologías adaptan el estilo y tipo de redacción según las reglas de cada plataforma. Según Karina Galperín, profesora de Literatura de la Universidad Torcuato Di Tella, en Argentina,  «en líneas generales, cada usuario maneja más de un sistema de comunicación digital, por eso debe adaptar su escritura a la reglas que se imponen. Este fenómeno es muy saludable, porque las personas deben manejar distintas lógicas de distintos códigos, y esto les permite desarrollar numerosas capacidades expresivas»

 

Fuentes: La Nacion, Agencias, Univresidad de Alberta

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