Invierno o verano, los canadienses del este del país se enfrentarán a tormentas más poderosas, según un estudio realizado por Philippe Gachon, investigador de Medio Ambiente de Canadá y presentado en el Congreso de la Asociación francófona pour le savoir (ACFAS).
«Aquí, en el este de América del Norte, ya estamos en un lugar en donde tenemos las mayores tormentas, en particular las tormentas de invierno», explicó el investigador del centro Canadiense de Modelación y Análisis Climático en Medio Ambiente de Canadá.
En una entrevista con Radio Canadá, Gachon avanza que en un contexto de calentamiento global, las tormentas podrían dirigirse más a menudo hacia el interior, en vez de seguir su trayectoria marítima.
Las grandes mareas ocurridas en diciembre de 2010 en Bas-Saint-Laurent, Gaspésie y en la Costa norte son el mejor ejemplo de esta nueva trayectoria.
«Esa tormenta, que hizo mucho daño con sus grandes mareas, se debió en parte a una anomalía de más de tres semanas de retraso por congelación en la bahía de Hudson,» dijo.
La tormenta volvió al estuario del río San Lorenzo y se dirigió a la bahía de Hudson en vez del Atlántico.
«No vamos a tener necesariamente más tormentas, pero sí tormentas que durarán más tiempo. » – Philippe Gachon, investigador de Medio Ambiente de Canadá y profesor adjunto en la UQAM
Los quebequenses deberán también esperar tormentas más intensas, dice Gachon. Puede ocurrir un aumento de vientos persistentes que generen grandes olas que dañen las infraestructuras.
El invierno 2015 fue una anomalía
Este invierno ha sido particularmente frío, con muchas tormentas de alta intensidad.
«Es la única región en el hemisferio norte, donde tuvimos anomalías frías. Estuvimos en el lugar equivocado en el momento equivocado. En el noreste de América del Norte, en enero, febrero y marzo, no tuvimos absolutamente ningún anomalía que sí hemos visto en el resto del hemisferio norte «, explicó el investigador.
Por el contrario, el oeste ha sufrido anomalías cálidas, donde el invierno se caracterizó por temperaturas de verano.
Consecuencias sociales y económicas
«Rara vez hemos visto eso en las últimas 30, 40 décadas y es particularmente problemático ya que afecta y afectará las características de la fauna y las infraestructuras», dijo el investigador.
Nuestra economía también se verá afectada, dijo. Las infraestructuras por ejemplo, deberán ser adaptadas para enfrentar tormentas e inundaciones. También se espera una mayor cantidad de nieve, lo que tendrá un impacto en las operaciones de remoción de la nieve.
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