El domingo 7 de junio fue día de elecciones de medio mandato en México. Gobernadores de 9 Estados, 500 miembros de la Cámara de diputados federal, diputados locales de 17 Estados y alcaldes del país fueron elegidos.
EscucheMiles de soldados y policías federales fueron desplegados para vigilar los puestos de votación en regiones donde la violencia y los llamados al boicot amenazaban con perturbar estas elecciones. Pero a pesar de todas estas medidas preventivas, 20 candidatos en 10 estados perdieron la vida. Cuatro civiles murieron en Yucatán, otros 2 también perdieron la vida en Guerrero.
Además, se contaron alrededor de 70 secuestros, amenazas de extorsión y de muerte, cometidas por grupos armados vinculados a intereses electorales. Una coalición radical de sindicatos de profesores y de militantes había prometido perturbar estas elecciones. Manifestantes atacaron las oficinas de partidos políticos en los estados de Chiapas y Guerrero. En Oaxaca, manifestantes enmascarados vaciaron un vehículo que transportaba votos, urnas y mesas, y quemaron todo el material en la plaza principal.

Diversas organizaciones de la sociedad civil mexicana habían lanzado un llamado para que se suspendieran estas elecciones hasta que aparezcan con vida los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Este caso emblemático se agrega a los más de 23.000 casos de desapariciones desde 2006, con un promedio de 13 desapariciones por día desde la llegada al poder de Enrique Peña Nieto, afirman estas organizaciones.
En términos generales y a pesar del bajo índice de participación popular, el oficialista Partido Revolucionario Institucional, PRI, del presidente Peña Nieto sale vencedor. Miguel Angel Osorio Chong, Secretario del Interior de México, declaró que estas habían sido las elecciones “más vigiladas” de la historia de México y que solo algunos problemas menores habían sido señalados.
EscucheSobre este tema, Pablo Gómez Barrios conversó con la mexicanadiense Adriana Pozos, miembro del Comité por los Derechos Humanos en América Latina, CDHAL, una organización canadiense independiente sin ánimo de lucro que trabaja, como su nombre los indica, en la promoción y la defensa de los derechos humanos en América Latina.
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