A 7 días de haber comenzado la búsqueda de los asesinos fugados, las investigaciones indican que una empleada de la cárcel de máxima seguridad de Dannemora en Estados Unidos fue quien introdujo al recinto objetos con los que los prisioneros lograron escaparse.
«Fue la costurera Joyce Mitchell, habría «proporcionado equipos o herramientas» que permitieron a los dos fugitivos, considerados extremadamente peligrosos, fugarse de la prisión situada al norte del Estado de Nueva York» dijo en declaraciones a la cadena CNN el fiscal del condado de Clinton, Andrew Wylie. «No voy a entrar en los detalles de qué es exactamente lo que fue introducido a la cárcel», añadió. Pero la mujer «no trajo las herramientas eléctricas (…) de acuerdo con nuestra investigación», insistió Wylie.
De esta manera rechazó la hipótesis de que se proporcionó a los dos prisioneros el equipo necesario para cortar incluyendo las paredes de las células por las que se fugaron.
A pesar de la imponente persecución y búsqueda que ha durado 7 días, reuniendo a más de 500 agentes de policía, funcionarios de prisiones, guardias forestales y otras de la policía federal (FBI), los dos prisioneros siguen en libertad.
La empleada puso a disposición de los a los detenidos, que eran vecinos de celda, serruchos dos pares de gafas y antorchas, según fuentes policiales citadas por la CNN.
Desde el inicio de la investigación, Joyce Mitchell, fue citada por la prensa estadounidense como cómplice potencial de David Sweat y Matt Richard, porque ella se habría supuestamente enamorado de Sweat. Mitchell fue interrogada casi a diario desde el principio de la investigación y está cooperando con la policía, pero no ha sido acusada formalmente hasta el momento. Todo parece indicar que los cargos que se le imputarán serán por contrabando.
Los dos detenidos son de los pocos que han logrado escapar de esta prisión de máxima seguridad construida en 1845. Las increíbles circunstancias en las que ocurrió el escape inmediatamente alimentaron las sospechas de complicidad interna. En particular, el hecho de que los fugitivos traspasaron las paredes de sus celdas y cortaron tubos metálicos de gran tamaño con aparatos eléctricos antes de hacer su camino a través de un laberinto de túneles bajo el edificio de la cárcel y finalmente a través de una alcantarilla en una calle adyacente .
David Sweat, de 35 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de un ayudante del sheriff en el estado de Nueva York en 2002 .
Matt Richard, de 49 años, estaba cumpliendo una sentencia de 25 años por el secuestro de su ex jefe de 76 años, al que habría asesinado y luego desmembrado en 1997.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.