En nuestra crónica dominical esta semana vamos a comenzar una nueva serie de tres reportajes sobre la sangre. La sangre que salva y la sangre que cura. Hoy comenzaremos hablando del principio, cuando se decidió utilizar la sangre como un medicamento, utilizándola para hacer las primeras transfusiones.
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Experiencias que son antiguas y que remontan al siglo XVII, pero que se hacían con sangre animal y que de hecho, no fueron concluyentes. Los fracasos se acumularon y las tentativas de transfusiones fueron abandonadas a mediados del siglo XIX, pero en la segunda parte del siglo XIX, un médico inglés se interesó nuevamente en el tema, salvo que a partir de ese momento, las tentativas de transfusiones sanguíneas se hicieron siempre con sangre humana, con un éxito más o menos interesante.

¿Por qué? Porque uno de los problemas más importantes eran las incompatibilidades entre algunos donadores y receptores desde el punto de vista del grupo sanguíneo. Hay que decir que el fenómeno de la incompatibilidad era desconocido en ese momento. Y la fecha clave fue el año 1900, nos dice el Dr. Gilles Delage, médico microbiólogo e infectólogo, especialista en microbiología médica.
EscucheEl Dr. Gilles Delage, especialista en microbiología médica, fue entrevistado por Yanick Villedieu del programa de cultura científica Les années lumières de la radio francesa de Radio Canadá.
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