El bloguero Raif Badawi volvió a evitar los latigazos, anunció el viernes Amnistía Internacional. Es la segunda vez que no se realiza este castigo, desde que la Corte Suprema de Arabia Saudita mantuvo su sentencia, hace unos diez días.
El hombre de 31 años deber purgar una pena de 10 años de prisión por haber criticado la monarquía saudita. Debe también pagar una multa de 266 000 dólares y recibir 1000 latigazos. Desde una primera sesión de 50 latigazos en enero, todas las otras sesiones de flagelación han sido pospuestas.
Raif Badawi está encarcelado desde hace tres años en Arabia Saudita por haber criticado el régimen saudita y haberse expresado sobre el islam en su blog que promociona los derechos humanos y la democracia en su país.
Los escritos que provocaron su condena fueron publicados esta semana en una selección titulada “1000 latigazos”. Un corto texto que el bloguero logró dictar a su esposa por teléfono sirvió de prefacio.
Badawi describe particularmente el horrible baño que comparte con otros detenidos: “Los papeles sucios, los excrementos, las puertas rotas y oxidadas, las paredes pegajosas cubiertas de grafitis”.
La movilización internacional en favor de Raif Badawi prosigue esta semana.
En el marco de un concierto que tuvo lugar en Montreal esta semana, el cantante de U2, Bono, explicó el caso de Raif Badawi al público, tras haberse encontrado su esposa, Ensaf Haidar. Bono invitó al público a firmar la petición de Amnistía Internacional que pide al primer ministro canadiense Stephen Harper hacer avanzar este caso.
“Seguro que si el conjunto de fanáticos se interesa en este caso, esto podría constituir una ayuda suplementaria a la campaña”, comentó Mireille Elchacar, coordinadora de Amnistía Internacional en la región de Sherbrooke, donde reside la señora Haidar. Según ella, 2000 personas han firmado la petición tras el llamado de Bono.
El jueves, las ministros de la Inmigración y de Relaciones Internacionales, Kathleen Weil et Christine St-Pierre respectivamente, entregaron a Haidar un certificado de selección de Quebec por motivos humanitarios a nombre de su esposo. Este certificado permitirá acelerar los procesos de inmigración si él es liberado.
Haidar expresó esta semana lo siguiente en un texto publicado en el sitio Internet de Amnistía Internacional: “Lamento tener que decir que la pena severa e inhumana pronunciada contra Raif, el año pasado, está destinada a enviar un mensaje claro a todos esos que osarían ponerse a los extremistas religiosos de Arabia Saudita. Fue un choque del cual no logro recuperarme. Se ha convertido, incluso, en una verdadera tortura”.
Haidar, quien elogia a su marido y padre de sus hijos, se muestra agradecida por el apoyo que recibe desde que llegó a este país.
“Encontré en Quebec gente sincera que me hacen lamentar que Raif y yo no nos hayamos instalado aquí, desde hace tiempo. Mi vida en Canadá podríamos describirla como perfecta. La manera como nos tratan los quebequenses es absolutamente maravillosa. El gobierno de Quebec y la oposición nos apoyan mucho; son todos formidables”, escribe Haidar.
“La única cosa que me falta es tener a Raif cerca de nosotros”, concluye.
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