El estado estadounidense de Carolina del Sur, donde tuviera lugar la masacre de nueve ciudadanos negros en una iglesia metodista el 17 de junio pasado, votó este jueves por el retiro oficial de la bandera confederada de los jardines del palamento local en Columbia.
Cabe recordar que esta controvertida bandera ha siempre estado asociada a los estados del sur de Estados Unidos que durante la Guerra Civil, se posicionaron en contra de abolir la esclavitud de los ciudadanos negros. De 1961 al año 2000, la bandera confederada ondeaba sobre el capitolio de Carolina del Sur, al lado de la bandera federal de Estados Unidos y de la del estado. En el año 2000, sus opositores lograron que fuera llevada a los jardines del parlamento local en la ciudad de Columbia, la capital del estado, a dos horas al sur de Charleston.
La décision, que ya había sido aprobada por el Senado del Carolina del Sur, fue tomada a partir de un voto que tuvo lugar luego de 13 horas de debate en la Cámara de diputados del estado. Hubo 94 votos a favor y 20 en contra del retiro oficial de la bandera.
Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur, promulgará una ley que apoyará esta decisión al final del día de jueves.
«Es un nuevo día para Carolina del Sur, un día del que debemos estar orgullosos, un día que nos unifica para lograr pasar a través de esta prueba» de los eventos del 17 de junio, escribió la Sra. Haley en su página Facebook.
La masacre de Charleston del 17 de junio pasado abrió un debate inteso sobre la presencia de la bandera confederada en los edificios oficiales del estado. Nikky Haley, del Partido Republicano, se pronunció poco después del drama por el retiro de esa bandera, símbolo vinculado a la esclavitud y a la supremacía blanca.
Para los partidarios de la bandera, representa la herencia cultural e identitaria del Sur del Estados Unidos.
La lucha alrededor de esta bandera resurgió cuando en los días que siguieron el tiroteo, fotos del autor de los hechos, Dylann Roof, circularon en los medios en las que se le veía con la bandera de los conferederados. El joven blanco de 21 años confesó tener motivaciones racistas al matar a las nueve personas en la iglesia ese día.
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