Con una misa ante más de un millón de personas en Ñu Gazú, en las afueras de la capital paraguaya, el Papa Francisco terminó su agotadora gira sudamericana con el mismo mensaje que había dejado en su paso por Bolivia y Ecuador. El Papa reclamó mayor “hospitalidad” con las personas que piensan diferente, con los que perdieron la fe y con las diferentes culturas.
Al final de la misa, el presidente paraguayo, Horacio Cartes, dijo que expresaba su gratitud a Francisco por el inmenso testimonio de esperanza que dejó en el pueblo paraguayo, luego de su visita de tres días.
El Sumo Pontífice cerró su gira sudamericana en Paraguay con un encuentro con miles de jóvenes en la Costanera del río Paraguay, en Asunción. En su alocución, el Papa advirtió que para muchos de estos jóvenes, la vida no es fácil y que “la desesperación les empuja al delito, a la delincuencia y a colaborar con la corrupción». Tras los testimonios de dos jóvenes con dificultades, el pontífice dejó de lado su discurso preparado y entabló una charla espontánea con los participantes. En un pasaje de su charla con los jóvenes, les incitó a “hacer lío, pero que ayuden después a organizar bien lo que hicieron».
El encuentro terminó con el habitual “recen por mi” y con una sentida oración del Pontífice. Luego, el jefe de la iglesia Católica emprendió su regreso para retomar su trabajo cotidiano en Roma.
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