Un inmigrante iraquí que violó a su esposa y golpeo a sus niños regularmente durante 16 años volvió a prisión, luego que el más alto tribunal de Ontario decidió el miércoles incrementar su pena.
El hombre, que no puede ser identificado con el fin de proteger a su mujer e hijos, deberá purgar una pena de 4 años, ya que la Corte de Apelaciones sostuvo en su fallo que las diferencias culturales, tenidas en cuenta por un tribunal inferior, no pueden ser invocadas como un aliciente.
La magistratura sostuvo que las diferencias culturales que excusan o toleran los comportamientos contrarios a las leyes criminales canadienses “no deben ser consideradas como un factor atenuante en el pronunciamiento de la sentencia”.
De hecho, la Corte de Apelaciones indicó que las creencias culturales podrían, incluso, representar un factor agravante al momento de determinar la pena.
En junio de 2014, el juez William Gorewich, de un tribunal de Ontario, había condenado al acusado por agresión sexual y ataques contra su familia, llegada a Canadá en 2009 proveniente de Irán. El magistrado sostuvo en la ocasión que había comisión de abusos de larga data y persistentes.
Según los testimonios escuchados durante las audiencias, el hombre forzaba a su esposa a mantener relaciones sexuales mediante golpes, jalándola del cabello y arrancándole a la fuerza la vestimenta; también golpeaba a sus hijos, que actualmente son adolescentes.
Las agresiones fueron reveladas luego que uno de los jóvenes las relató a un profesor.
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