Japón decidió dar marcha atrás y no construir el estadio de $2.600.000.000 –dos mil seiscientos millones de dólares– que se hubiese convertido en el más caro y moderno de la historia mundial.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció –hoy- que dio la orden de revisar y volver a dibujar y establecer los planos de la construcción para que sea mucho menos costoso.
El estadio olímpico en cuestión debía inaugurarse para acoger la Copa Mundial de Rugby del 2019 pero con este retraso no será posible terminar los trabajos a tiempo.
El gobierno de Japón había sido fuertemente criticado por haber programado la construcción de un estadio con techo arcado de acero con un sector transparente, en su parte sur, para permitir el mantenimiento del pasto natural con la entrada de luz solar.
Sillas móviles, sistemas de ventilación de última generación en el sótano, áreas exclusivas y modernos sistemas de comunicación y difusión eran parte de este proyecto que, sin comenzar de cero, tendrá que ser redefinido.
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