Un juez ordenó el arresto de siete militares por las quemaduras que provocaron la muerte de un joven chileno-estadounidense y dejaron secuelas a una joven desde 1986.
Dos oficiales del ejército y cinco ex suboficiales fueron detenidos el martes por la noche después que el juez Mario Carroza emitió la orden.
El conocido como «caso quemados» fue reabierto luego de que Fernando Guzmán, entonces recluta, contara en noviembre pasado nuevos detalles sobre cómo se produjo el crimen.
Los soldados rociaron de gasolina a Rodrigo Rojas, de 19 años, y Carmen Quintana, de 18, y les encendieron fuego durante la manifestación callejera el 2 de julio de 1986.
Rojas murió cuatro días después. Había nacido en Chile y estaba de visita de Estados Unidos, donde residía con su madre en exilio político.
Quintana sobrevivió y se sometió a un larguísimo tratamiento de recuperación por quemaduras graves en un hospital canadiense, país en el que reside actualmente.
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