El primer ministro Stephen Harper puede dar la señal de inicio de las elecciones federales para las 19 de octubre, semana antes de lo necesario.
Photo Credit: (Sean Kilpatrick / Canadian Press)

La astucia de Stephen Harper

La posibilidad de que este fin de semana el premier Stephen Harper anuncie el lanzamiento de elecciones federales en Canadá es un tema abordado este viernes  por la prensa canadiense.

En las páginas del periódico Le Devoir, de Montreal, el editorialista  Antoine Robitaille sostiene que la artimaña de Harper de extender de manera extrema la campaña promueve el poder del dinero. Pero eso podría significar, para él, la astucia que lo haga perder.

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Así, esta campaña será un ultramaratón de 79 días. En nuestro tiempo, dice el periodista, los adictos a correr ya no se conforman con el maratón de 42,2 kilómetros. Hacen «ultras»: 100 km, 250 kilómetros en algunos días.  Una de las motivaciones para correr, la salud, ya no es parte obviamente de los objetivos. Los «ultras» implican un gran riesgo para el cuerpo. Lo mismo ocurre con el ultramaratón político que los drogadictos del poder en Ottawa nos ofrecerán probablemente en los próximos días. Los riesgos aquí son para el cuerpo político, para la democracia, expresa Robitaille.

En un impulso ingenuo, casi que tendríamos ganas de creer en el discurso oficial de los conservadores: más días de campaña significan más tiempo para discutir los temas, para aprender acerca de los programas, para conocer a los candidatos. Pero esta extensión extrema de la campaña electoral proviene de estos mismos conservadores que no han dejado de legislar a todo vapor en un constante desprecio de la democracia parlamentaria, escondiendo los debates públicos, cortando los víveres y la libertad de expresión a los científicos. Uno puede legítimamente dudar de su repentina pasión por los largos debates públicos. No, la motivación para extender así la campaña, con el riesgo de agotar candidatos y votantes, está en otros lugares, señala el editorial del diario Le Devoir.

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©  JP Moczulski / Reuters

Algunos denunciaron inmediatamente el alto costo para los contribuyentes. Ingenuamente, se podría hablar en contra de tales observaciones; en nombre de un santo principio: la democracia no tiene precio. Solo que aquí, vemos un partido que desborda de dinero, el PC (¿de donde proviene ese dinero? un tema para los periodistas de investigación) y que casi duplica la duración de la campaña, de forma voluntaria . Harper sabe que casi que puede gastar sin necesidad de contar; y además, al final del recorrido, se le reembolsarán millones provenientes de los fondos públicos.  Harper y su equipo confirman su reputación de fríos calculadores. Como el ex director general de las elecciones Jean-Pierre Kingsley argumentó el jueves: todo esto se ha preparado desde hace mucho tiempo,  cínicamente.

Los analistas políticos suelen decir que el debate sobre la conveniencia o no de la elección no va a durar mucho tiempo. Los votantes pasan a otros temas cinco días más tarde. Esta «ley» ¿será aplicada aquí? Podemos dudar, señala Robitaille. En la política, una maniobra demasiada obvia termina perjudicando a la persona que la ejecuta. Además, cuando nos encontremos en el día 74 de la campaña, haremos el recorrido inverso seguido durante la “ultra”, se hablará de su longitud extrema. Otras razones motivan probablemente a Stephen Harper, como ahogar el balance conservador en un aluvión de anuncios, vaciar las arcas de los opositores, etc. Pero esto sigue siendo una apuesta arriesgada.

Todos los partidos deben comprometerse, si toman el poder, en reparar la democracia canadiense. Las manipulaciones de Stephen Harper socavan el juego electoral federal, dando, de una manera indirecta, un lugar cada vez mayor  a las fuerzas del dinero. Hay una americanización indeseable de la política (en Estados Unidos, las campañas son infinitas y las fuerzas del dinero, sin límites). Además, a nivel federal canadiense, habrá que encontrar una manera de controlar el gasto de tipo electoral en el año que precede la elección, indica el editorialista  de Le Devoir, Antoine Robitaille .

Los gastos de campaña

De acuerdo con un análisis de The Canadian Press,  sobre los retornos financieros de los partidos por Elecciones Canadá, los conservadores, a nivel nacional, habían recaudado 20,1 millones de dólares a finales del año pasado. Los liberales le siguieron con  15 millones y el NPD con  9,5 millones.

Pero lo más importante, las asociaciones de los distritales electorales de los conservadores cerraron el año con un patrimonio neto de más de 19 millones, más que las asociaciones de los liberales, de los nuevos demócratas, los verdes y del  Bloc combinados, encontró The Canadian Press. Las asociaciones de los distritos liberales reportaron un total de alrededor de 8 millones en activos netos, las del NDP más de  4.4 millones, los Verdes casi  1,2 millones y el Bloque unos $ 410.000  de dólares.

Durante la pre-campaña, no hay límites a lo que un partido puede gastar.  Las reglas de gastos se aplican  una vez que la campaña ha comenzado oficialmente. En un período típico electoral de 37 días, cada partido puede gastar un máximo de 25 millones de dólares. Por cada día adicional, el límite se incrementa en un extra de 675.000, lo que significa que una campaña de 11 semanas permitiría a los partidos gastar más de 50 millones de dólares.

Y esto lleva a otro punto. Durante una campaña, los partidos tienen otra gran ventaja: los contribuyentes subsidian 50 por ciento de lo que los partidos gastan en una campaña nacional.

Lo que significa que, si la campaña se extiende como se cree por 11 semanas,  y un partido declara 50 millones de dólares en gastos, 25 millones le serán regresados a sus arcas. ¿Quién puede gastar 50 millones?

Tomado de CBC

 

Categorías: Política
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