Entre las sorpresas que nos dieron los Juegos Panamericanos de Toronto figura la de una atleta nacida en Canadá, pero que compitió representando a otro país.
En efecto, una jugadora de ráquetbol oriunda de Montreal, compitió en las pruebas de esa disciplina representando a la Argentina, país para el que logró una medalla de plata.

Enamorada de un porteño, como se conoce a los habitantes de la capital argentina, se mudó al país sudamericano hace 6 años, donde constituyó su familia, que se completa con una hija pequeña.
Ante los contratiempos a los que se tenía que enfrentar para seguir representando a Canadá, viviendo a miles de kilómetros de distancia, la jugadora decidió que competir por su país adoptivo era la mejor opción.
A pesar de las distancias, de haber dejado a sus padres en Canadá y de las diferencias culturales, no se arrepiente del cambio.
Sostiene que en Argentina disfruta de la vida social intensa y del carácter más relajado de los latinos.

En lo deportivo siente haber conseguido todo el apoyo y las facilidades posibles.
No obstante, no se olvida de su país natal, del que extraña a sus amigos y donde se encuentra su historia como persona.
Véronique Guillemette lo cuenta en diálogo con Luis Laborda.
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