Cinco policías perdieron la vida en el transcurso de las últimas horas en Turquía, que fue el blanco de otros cuatro atentados hoy. El atentado más sangriento ocurrió en el sud-este del país, a proximidad de las fronteras con Iraq y Siria, cuando la explosión de una bomba en una carretera dejó un saldo de 4 agentes muertos.
En el mismo sector, un soldado turco murió cuando el helicóptero militar en el que se desplazaba, que estaba despegando, fue el blanco de tiros rebeldes kurdos. Por lo menos otros 7 soldados resultaron heridos.
Otras acciones violentas se llevaron a cabo en Estambul, la gran metrópolis del país, donde el consulado de Estados Unidos fue el blanco de disparos por dos personas armadas.
El gobierno turco acusó a un grupo de extrema izquierda de ser el responsable de este atentado. “El ataque contra el consulado está relacionado al DHKP-C (Partido Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo)”, declaró un responsable gubernamental que prefirió conservar el anonimato.
La agencia de prensa Cihan precisa que los asaltantes eran un hombre y una mujer, que se enfrentaron a la policía delante de los locales del consulado situado en el barrio Sariyer. La mujer fue herida en el tiroteo y detenida por la policía, informan los medios locales.
Según la agencia de prensa Dogan, la comisaría de policía del barrio Sultanbeyli, fue el blanco de un atentado a la bomba que dejó tres muertos y una decena de heridos.
Turquía se encuentra en estado de alerta desde que lanzó en el mes de julio pasado, una “guerra sincronizada contra el terrorismo”. Esta operación prevé acciones contra el grupo armados Estado Islámico, RI, y las fuerzas rebeldes turcas, que se encuentran en el norte de Iraq.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.