La reactivación del reactor nuclear de Sendai, en el sudoeste del archipiélago, puso fin a dos años sin energía eléctrica nuclear en Japón, consecuencia de un lento proceso de refuerzo de las normas de seguridad después de la catástrofe de Fukushima.
El gobierno del primer ministro Shinzo Abe, que quiere reactivar la industria nuclear, espera convencer a una opinión pública, mayoritariamente hostil, que la seguridad está garantizada por estas nuevas normas instauradas después del desastre provocado por el temblor y el tsunami de marzo de 2011.
Inundada por una ola gigante, la central de Fukushima-Daiichi (Nº 1) entró en ese entonces en una fusión parcial o total de tres reactores nucleares. Los escapes radioactivos provocaron una evacuación obligada de más de 160.000 habitantes, de los cuales muchos nunca más regresaron a sus hogares.
Este accidente nuclear, el más grave después de Tchernobyl en 1986, provocó la indignación en todo el mundo porque el gobierno en ese entonces y la compañía que operaba la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), tardaron dos meses en reconocer la amplitud del desastre.
Todos los reactores nucleares japoneses, alrededor de 50, interrumpieron sus operaciones después del desastre.
Dos reactores fueron autorizados a funcionar temporalmente con las antiguas reglas de seguridad en 2012, pero desde septiembre de 2013, todo el sector nuclear fue paralizado.
De los 25 reactores, repartidos en 15 centrales, que habían solicitado una autorización para su reactivación, solo 5 obtuvieron el permiso por las autoridades.

La central más alejada de Tokyo
El proceso de reactivación del reactor Nº 1 de la central de Sendai, comenzó a las 10:30 (1:30 UTC) dijo su operador, el grupo Kyushu Electric Power. Se necesitarán 12 horas para que alcance la temperatura crítica y algunos días para que llegue a su pleno rendimiento, afirma la compañía.
La central de Sendai, es la central más alejada de Tokyo donde manifestantes opositores a la energía nuclear se reúnen regularmente frente a la residencia oficial del primer ministro Shinzo Abe. Está situada en la costa occidental de la isla de Kyushu, a unos 1000 kilómetros de la capital.
Para Shinzo Abe, reactivar la industria nuclear es capital para reducir los gastos de importación de energía a Japón, que compra en el extranjero grandes cantidades de gas natural líquido. Esta operación le servirá para vender el conocimiento japonés en materia de tecnología nuclear.
El jefe de la Autoridad de Seguridad Nuclear asegura que las nuevas normas de seguridad garantizan que un accidente como el de Fukushima nunca más se podrá producir en el futuro. Los militantes anti nucleares que manifiestan delante de la central de Sendai, no están convencidos.
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